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La noche estaba muy profunda.
Parecía que todo el mundo se había quedado en silencio.
Ambos se miraban fijamente, sosteniendo la mirada del otro con firmeza.
Era como si ninguno pudiera apartar la mirada.
La temperatura en el aire parecía estar subiendo.
El corazón de Su Yin latía rápido.
El de Ji Zhihan, aún más rápido.
Todavía sostenía la toalla caliente en su mano, que ahora había torcido en un haz.
Su respiración se hacía más pesada.
Poco a poco, más pesada.
La distancia entre él y Su Yin parecía cerrarse lentamente.
Muy cerca.
Inconscientemente, Su Yin apretó los labios.
El corazón de Ji Zhihan se aceleró aún más.
Su manzana de Adán no dejaba de subir y bajar.
—Me gustaría un poco más de agua —dijo de repente Su Yin.
En el momento en que Ji Zhihan estaba a punto de presionar sus labios contra los de ella, ella habló.
Ji Zhihan volvió en sí rápidamente.
Solo faltaba un poco, un poco para…
Se levantó inmediatamente.
Se levantó de un salto.