—Gracias, su Majestad Imperial.
Ji Ning estaba completamente encantado.
—La tribulación celestial es la tribulación más grande y peligrosa que cualquier cultivador Inmortal enfrentará en su camino. Se deben tomar todos los recaudos posibles. Ya que tienes flamas kármicas a tu alrededor, tu tribulación de Corazón de Demonio definitivamente será extraordinaria.
Ning asintió. Era cierto. La última vez, cuando las flamas kármicas habían desatado tres rondas de tribulaciones sobre él, Ning se había dado cuenta de lo aterradora que sería su tribulación en esa etapa. No sabía con certeza si sería capaz de resistirla.
—Entonces me iré ahora, su majestad imperial —dijo Ning.
—Ve. Decidiré tu área de tribulación dentro de los próximos dos días —dijo el Emperador.
Ning se fue. Este viaje había valido la pena. Si un Padre Dao realmente lo protegía, entonces no tendría factores externos por los cuales preocuparse durante su Tribulación Celestial.
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