«A juzgar por la mirada en el rostro del joven maestro Flamajoven, debe estar a punto de volverse loco por el dolor». La voz mental de Mu Hijodelnorte sonaba un poco confundida. Este exaltado joven maestro había tomado un poderoso tesoro tras otro. ¿Cómo podrían Ji Ning, Hijodelnorte, Xue Hongyi y los demás no sentirse impotentes ante ellos?
Todos comprendieron que no eran más que genios del Regimiento de Agua Quieta, ¡mientras que el hombre que estaba delante de ellos probablemente sería el próximo Duque Penachodivino! ¡Alguien incluso más importante que el Marqués de Agua Quieta!
A pesar de que solo era el heredero de la posición, los tesoros que poseía eran suficientes para hacer que Ning y los demás suspiraran constantemente de asombro.
—Esos malditos monstruos de esta finca Inmortal... No perdonaré a ninguno de ellos —murmuró Flamajoven Nong y apretó los dientes.