Los dos volaron hacia el pasillo de entrada. Las paredes del pasillo de color blanco plateado estaban bordeadas de misteriosas runas.
—Esas deben ser runas de formación de barrera.
—Un campo invisible de energía está protegiendo el núcleo del Muro Elefante del Infierno —dijo solemnemente Ji Ning—. Puedo sentir una forma invisible y omnipresente de presión. Incluso mi sentido divino se ve afectada por ello y queda inoperable.
—Me pasa lo mismo —dijo Polvonueve.
Ambos avanzaron con gran cuidado, listos para liberar su poder en cualquier momento.
Luego de avanzar tres kilómetros llegaron a una bifurcación en el camino.
—Vamos por ahí —dijo Polvonueve señalando uno de los lados.
—Bien. Pase lo que paso tenemos que estar juntos. No les des ninguna oportunidad de emboscarnos por separado —dijo Ning se hizo muy serio.
Cuando vio esas runas en las paredes entendió que las barreras definitivamente poseían un poder increíble.