Yvette dijo incrédula:
—Charlie, ¿estás loco?
Charlie sonrió suavemente:
—Yvette, quiero que te quedes conmigo todo el tiempo. No quiero todo esto. Solo te quiero a ti.
—¡No te quiero! —Yvette gritó fuerte.
—¡Charlie, estoy casada!
Charlie ya no pudo mantener la calma cuando escuchó esto.
Su rostro guapo se volvió ligeramente sombrío mientras decía:
—Yvette, no me importa que estuvieras casada antes.
—De hecho...
—Me casé de nuevo con Lance —le dijo Yvette.
¡Crack!
Charlie pisó de repente el freno.
La fuerte inercia llegó. Yvette fue sorprendida y se inclinó hacia adelante, golpeando su cabeza contra el tabique del asiento delantero del pasajero.
Charlie la miró fijamente con ojos rojos y preguntó:
—¿Qué dijiste?
Yvette, sosteniendo su cabeza aturdida, dijo:
—Charlie, me casé de nuevo con Lance ayer. Él definitivamente vendrá a buscarme.
En un instante, hubo un silencio mortal en el automóvil.