—¿Por qué la envía lejos si no quiere que se vaya? —preguntó Malfo tras una pausa.
Mientras secaba su mano, Alejandro respondió con una sonrisa forzada: —Porque las circunstancias lo ameritan.
—Seguramente tiene una solución —insistió el hombre.
—No es suficiente para resolverlo. Poner un final definitivo a esta situación tomará tiempo, y tener a la mujer que quiero a mi lado sólo complicará todo —suspiró—. Pero eso no significa que esté segura en el sur. Es por eso que necesito que vigiles atentamente a Catalina mientras estén ahí. Es muy confiada con las personas.
—Por supuesto, Señor.
Malfo analizó las palabras del Señor al salir de la habitación. Alejandro no era un hombre simple. En su opinión, Cati debería quedarse en Valeria, pero parecía que el Señor ya tenía un plan en acción.
Temprano en la mañana, Rubén, el director del Concejo, visitó al Señor Alejandro en la mansión para discutir el procedimiento del periodo de prueba.