—¡Silencio! —ordena ΣΥΡΞΜΩΧΙΔ desde su imponente trono.
—Pero Su Eminencia, tales medidas van contra el tratado ancestral —replica ΩΥ∃ΓΙΧΘ oponiéndose a la decisión.
—¿¡Cómo te atreves a ir en contra de la voluntad de Su Eminencia!? —exclama ΥΣΔΖ∀ con rabia.
—Déjalo, ya sabes que siempre ha sido un simpatizante de… "esas cosas" —intervienen βΥΡΞΧΤΘ con desdén.
—¡Camaradas! les imploro que recapaciten, esta no es la manera —insiste ΩΥ∃ΓΙΧΘ dirigiéndose a la multitud que lo rodea, que, pese a sus dudas e inquietudes, se mantienen en silencio ante el veredicto del ser que gobierna el lugar.
—¿¡Osas desafiar mi palabra y defender a los humanos!? —exclama ΣΥΡΞΜΩΧΙΔ sin la más mínima disposición por ceder—. Dime una sola razón por las que merezcan un ápice de piedad después de todo lo que han hecho.
—Su Eminencia, aunque por milenios han sido salvajes y blasfemos han demostrado que dentro de ellos hay valentía, solidaridad y amor, es nuestro deber protegerlos… no eliminarlos —argumenta ΩΥ∃ΓΙΧΘ con firmeza.
—Y tampoco hay otro ser vivo que haya hecho tanto daño al Edén, su propio hogar —replica ΥΞΚΖΓθ con seriedad pero también con ira reprimida.
—¡O a su propia especie! —se ríe ∂Ψ∄ΤΦ, atrás de los cientos de entes divinos expectantes—. Crearon las bombas atómicas antes que el internet, eso dice mucho de ellos.
—¡Calla ∂Ψ∄ΤΦ! —vociferan con desdén y en perfecta sincronización los entes gemelos ΚφΛΙΡ y ΤφΛΞΡ —, tú no tienes voz ni voto, solo nosotros, las siete divinidades superiores tenemos derecho a la palabra.
—¡Eso es injusto! —los abuchea ∂Ψ∄ΤΦ—, en su defensa, los humanos son lo único interesante de ver en este universo de segunda.
—¡Silencio! —vuelve a ordenar ΣΥΡΞΜΩΧΙΔ perdiendo la paciencia—, no tolerare una falta de respeto más, el veredicto ya fue establecido, así como su condena.
—¡No! —se opone ΩΥ∃ΓΙΧΘ convirtiéndose nuevamente en el centro de atención—, pese a que solo es un bufón, estoy de acuerdo con algo que dijo.
—¡Wuuuu! —festeja ∂Ψ∄ΤΦ desde el fondo.
—Es injusto que el destino de la humanidad, por el cual todo el reino celestial ha velado por milenios, sea decidido sin tomarnos a todos en cuenta —prosigue para después voltear hacia los cientos de divinidades presentes—. Díganme ¿Soy el único que opina que merecen una oportunidad más? ¿Acaso solo yo he visto el lado de ellos que merece ser salvado?
El silencio que reinaba es sustituido por las tímidas palabras y gestos de apoyo, que poco a poco escalan a gritos y vítores, sin embargo, esto es interrumpido por un rayo de luz que golpea a ΩΥ∃ΓΙΧΘ acompañado de un ruido ensordecedor que vuelve a sepultar el lugar en un silencio absoluto.
—Di mi ultimátum con respecto a más desacatos —exclama con arrogancia ΣΥΡΞΜΩΧΙΔ—. Este es el castigo ante tu intento de insurrección. ¡Ahora largo! No quiero verte más en mi corte.
El rayo de luz se desvanece dejando tras de sí a un arrodillado y herido ΩΥ∃ΓΙΧΘ con el tercer par de alas que lo identificaba como una divinidad superior, evaporizadas, así como el sello que lo hacía poseedor de una fracción del poder de ΣΥΡΞΜΩΧΙΔ.
—No le guardes rencor a Su Eminencia, solo desea lo mejor para el edén —le susurra ΙΠΘΥ∀ΓΕ a ΩΥ∃ΓΙΧΘ mientras este se dirige derrotado a la salida.
—A veces lo que Su Eminencia desea no es lo que realmente necesita —responde mientras reprime su frustración.
El juicio final de la humanidad termina con una condena definitiva y nadie que pueda oponerse a ello, dejando con los días contados a quienes por siglos reinaron el edén.
—Oye… psss… hey —susurra ∂Ψ∄ΤΦ "discretamente" para llamar la atención de ΩΥ∃ΓΙΧΘ en las afueras de la corte—, no me ignores chispitas.
—¿Qué quieres ahora sanguijuela? —replica irritado.
—Tranqui, tranqui, vengo en son de paz —contesta acercándosele—, vengo a darte mi genuino apoyo, honestamente creo que tienes razón, la humanidad merece salvarse, son seres de amor y bondad y…
—¡Déjate de tonterías! —replica ΩΥ∃ΓΙΧΘ viendo a través de las dobles intenciones de la divinidad que por eones se ha dedicado a solo hacerle jugarretas de mal gusto.
—Ok, ok, iré directo al grano —se ríe ∂Ψ∄ΤΦ con cinismo—, en realidad pienso que son divertidos… y los siguientes milenios serían muy tediosos si los de acá atrás los borran así nada más.
—¿Y qué es lo que quieres?
—Nada, nada, yo no quiero nada… solo vengo a darte una… sugerencia —exclama con picardía.
Con un solo movimiento acorta la distancia entre los dos hasta estar lo suficiente cerca para susurrarle unas pocas palabras que dejan a la ex divinidad superior pasmado. Una vez dicho lo que tenía que decir, retrocede con una sonrisa, finalizando la conversación con una última frase:
—Solo se necesita conseguir "eso" para hacerlo posible. El plan perfecto ¿No crees?
ΩΥ∃ΓΙΧΘ mantiene una mirada de indiferencia y retoma su camino sin darle respuesta alguna, intentando convencerse a sí mismo de que esas palabras no son más que disparates dignos del bufón de bufones.