—¿Armadura dorada? —dijo el empleado incrédulo. Esta armadura dorada había estado en exposición por mucho tiempo sin que nadie la compre. Algunos en la administración del Salón del Tesoro Universal sugerían que debían deshacerse de ella o bajar el precio, sin embargo ninguna sugerencia se aceptaba. Permanecía ahí con el precio en cinco mil millones.
—Apreciado cliente, por favor espere —dijo el empleado y fue a llamar al dueño del primer nivel. Era una humana seductora con rulos dorados, su hombro llevaba tres estrellas.
Un guerrero de tres estrellas.
La mujer sonrió a Luo Feng y dijo —entremos para hablar.
Luo Feng asintió y entró a una habitación detrás de la tienda, se sentaron uno frente al otro.
—Déjame presentarme, soy emperador Can Xin, la dueña secundaria del Salón del Tesoro —dijo la mujer.
Luo Feng asintió en silencio.