Varios Hilos de Cuerpo Espiritual negros alzándose de diferentes formas de vida aparecieron en la visión de Klein, pero no procedió a extender de inmediato su espiritualidad para intentar controlarlos.
Después de distinguir y confirmar cuáles de esos Hilos de Cuerpo Espiritual pertenecían a Molsona, bebió un trago largo de cerveza de malta mientras comenzaba a concentrarse en el combate de boxeo en el cuadrilátero, como un verdadero miembro de la audiencia.
Los dos boxeadores tenían sus torsos descubiertos sin ningún equipo de protección. Luchaban a tope, chocando constantemente entre sí con sus puños castigando sus músculos, rápidamente la situación escaló convirtiéndose en un fervor.
Muchos de los apostadores alcohólicos en el público se llenaban de adrenalina contagiados por el ambiente mientras gritaban "¡Mátalo!" al boxeador que apoyaban apasionadamente.
—¡Acaba con ese hijo de puta!