- Sanctus Dariel, me gustaría pedirle que me acompañase, su familia también debería venir, en poco saldremos al espacio estable en el sistema capital de la Teocracia, me gustaría que lo presenciase - Toriel estaba arrodillado enfrente de un Dariel que estaba sentado junto al pequeño estanque.
Toriel ya había mostrado su cambio de actitud completo, en este tiempo de viaje, comenzó a mostrar su reverencia, la cual al principio fue difícil para aceptar para la familia, aunque Dariel no mostro mucha sorpresa o aprensión, para Oswald y Laura, ver a alguien arrodillarse cada vez que venia y que no se levantaba sin la confirmación del pequeño. Fue un gran impacto, mas sabiendo del estado de Toriel, quien antiguamente podría llamarse como uno de los pesos pesados de su planeta.
Aun así, como les decía el propio Toriel, este tiempo les daría un margen para adaptarse, pues esta situación se volvería el pan de cada día para todos ellos.
Dariel asintió.
- Vamos Toriel, Laura y el Doctor están en casa, pero seguro que te escucharon entrar -
- Lamento haber importunado su paz, Sanctus - Dariel negó y le hizo en gusto para que se levante.
Según Toriel, cuando alguien le hablaba, a no ser que sean muy cercanos, debían mantenerse de rodillas, el hablarle de pie solo podía suceder como merito, cercanía o en caso de extrema urgencia.
La Teocracia tenia un extremo catalogo de sofismas que Dariel tenia que aprender y aunque si fallaba algo, nadie le diría absolutamente nada, aun así, tendría que respetar cada una de estas tradiciones.
Laura y Oswald, como dijo Dariel, habían escuchado al Dominus entrar, por lo que ya habían salido de la casa poco después de que este se levantase.
- Venid, os presentare la belleza del sistema natal de la Teocracia - Con estas palabras, Toriel se dio la vuelta y guio el camino.
Todos parecían como niños curiosos, incluso Oswald parecía particularmente interesado.
Seguidos de Desdel que no detenía su crecimiento, aunque lento y la pequeña hidra.
Por donde circulasen, todos los miembros del crucero pesado, se arrodillaban y rezaban al ver al pequeño Sanctus, solo cuando el se alejaba lo suficiente levantaban con un brillo y fuerza creciente.
Incluso perdiendo este valioso tiempo, su eficiencia general aumento poco mas de un 10%, algo sórdido pensando en lo extremadamente eficientes que ya eran.
Tras unos pocos minutos, llegaron a la cima de la catedral, allí cristales reforzados de alguna manera que ninguno de los presentes, incluido Toriel, conocían su método de creación o material, mostraba el vasto espacio casi sin ningún punto ciego.
En esta zona habían bancos, césped, flores blancas y alguna mariposa de brillo lechoso.
Pero ese paisaje hermoso, fue eclipsado por la vista del espacio infinito.
El espacio tenia un encanto y terror, que luchaban parejos en los corazones de aquellos que los contemplaban, dando una sensación única y fascinante, conmoviendo la vista, engatusándola.
Solo unos segundos después, sus ojos pasaron a otra magnifica y colosal vision.
Estructuras de metal monstruosas ocupaban todo lo que abarcaba la vista, cientos de naves iban y venían, de un lado a otro, colosos de metal, mucho mas grandes que la nave de Toriel esperaban delante del Portal donde salieron, guardianes de la puerta.
Estas naves eran básicamente un cañón con propulsores según Toriel.
Otras naves enormes esperaban en el espacio, flotas de diferentes colores.
- Sanctus Dariel, esa flota negra y roja tan grande, es la que pertenece al Magnus Dominus Autumnis Niviro, La Noche de la Penitencia, mientras que esa monstruosa base estelar de allí, tiene el tamaños de una Luna grande, esta pertenece a la Magnus Dominus Aestiva Brunilda, siendo uno de las muchas megafrabicas de la Teocracia, no hay que decir que los guardianes son propiedad del Magnus Dominus Vere Rosefield.
No hacia falta decir que la flota salió sin problemas del escrutinio de los guardianes, lo que a su vez, dio una voz de alarma para todos los peces gordos de la Capital.
- Permíteme presentarte al planeta natal de la Teocracia, la gran Capital, Ortus - Sincronizado con el movimiento de uno de los guardianes, un basto planeta se mostro ante la flota.
El planeta era una esfera mayor a Ber en mucho, grandes zonas de diferentes colores eran salpicados, seguidos del mares azules.
Tres grandes lunas doradas adornaban el planeta.
Por alguna razón que sorprendió sobre todo a Laura y Oswald, la Capital Ortus, carecía de ascensores espaciales y no habían satélites rondando el espacio cercano al planeta, nada de basura espacial permanecía en los cielos.
- Señor Toriel, ¿Cómo es que no tenéis ascensores espaciales? - Laura pregunto.
A lo que Toriel le sonrió y no dudo en explicar.
- En nuestra religión, nada puede estar cerca de las tres lunas, eso incluye satélites, puestos espaciales, naves de grandes dimensiones o ascensores espaciales - Laura asintió, le fue extraño todo lo extravagantes que llegaban a ser estas personas por su fe.
- No solo eso, en unos meses galácticos, vera uno de los eventos mas importantes y famosos de Ortus, este evento esta relacionado a las lunas. Estas están formadas por un metal común de poco valor, el cual es muy maleable y tiene una decente conductividad eléctrica, cada año de Ortus, lejos de la medida de tiempo galáctica, empieza con este evento, cuando las lunas llegan a un estado de mucha proximidad, entonces el polvo dorado, afectado por la gravedad de las lunas próximas, asciende y forma ríos de oro puro entre ellas, también es el origen del rio dorado que veneramos. Es un evento hermoso, a los mas pequeños les encanta - Esta singularidad capto el interés de los tres, aunque no estaban expectantes al extremo, parecía una vivencia muy interesante.
Buenas a todos, si quereis apoyarme solo comentad y dar unas piedras.
Horarios:
Lunes-viernes capítulo diario.
Sabados capítulo extra mientras lleguemos a las 50 piedras el viernes anterior.
Si quereis apoyarme aun mas, este es mi Patreon, en el dentro de poco tendreis 3 capitulos extra y ya podeis leer uno de mis proyectos antiguos.
https://www.patreon.com/bePatron?u=64338709