«Demonios…»
Lin Yun se sobresaltó.
Él ya era un Alto Mago y su poder era comparable al de un Archimago. Incluso muy pocos generadores de Okland podían amenazarlo. Pero aun así, tenía mucho miedo de los fragmentos de alma de Dios Antiguo que había en el Semiplano. Lo había abierto con cuidado y se había muerto de miedo cuando se escapó ese hilo de Aura Divina…
El Lobo Secreto de Tres Ojos se había comportado de una forma muy extraña.
No lo había visto tan animado cuando sacó los cristales de maná.
El aura divina del Dios Antiguo fue como un dedo que tocó al Lobo Secreto de Tres Ojos para despertarlo, pero Lin Yun no entendía por qué este había ingresado a toda prisa luego de despertar. Lin Yun deseó poder comunicarse con el Lobo Secreto de Tres Ojos para preguntarle el motivo de ese comportamiento.
Pero no tenía tiempo de pensar en eso. No conocía la situación del Lobo Secreto y, si algo ocurría en ese Semiplano que antes estaba desierto…