—No hables mal de ella, Iris, porque no te gustará lo que vas a escuchar ahora que puedes hacerlo —Rei parecía ofendido cuando Iris hablaba mal de Na.
Iris ignoró eso. Su voz no era agradable de escuchar, si iba a hablar, sería mejor que hablara de algo más importante, más aún, ya estaba al límite con el estruendoso sonido de la cascada.
—¿Debería agradecerte? —Iris preguntó sarcásticamente apretando los dientes—. ¿De qué sirves? ¿Estás aquí para protegerme por Na? ¿Porque una parte de Na está dentro de mí?
—Sí —Rei respondió sin dudar.
Iris vio rojo cuando él admitió eso. Sus emociones estaban por todas partes ahora. Habían sucedido tantas cosas durante este corto período de tiempo y no había tenido un momento para envolver su cabeza alrededor de esta nueva información, todo fue muy rápido.