—¿Estás loco? ¿Quieres rendirte? ¿Qué tipo de trama tienes en tu mente rota? —Lou no podía entenderle, pensaba que estaban en la misma página.
—Pero luego lo despertaron en el medio de la noche para llevarlo a la Ciudad Capital. ¡Eso fue indignante!
—Quizás la acusación de Lou era cierta, la mente de Caña estaba rota ahora, porque no tenía ninguna trama en su mente para la razón de ir a la ciudad capital.
—¿Puedes hacer eso? —preguntó Caña con calma, a pesar de que el comerciante estaba furioso con él.
—¡No, no voy a hacer eso! Incluso si puedo, ¡no lo haré! —Lou se burló—. Si vas a rendirte, hazlo tú mismo, ¡no me involucres en tu loco plan!
—Nunca dije que me voy a rendir.
—Entonces, ¿qué vas a hacer en la ciudad capital?
—Hay algo que quiero conseguir.
Lou arrugó su nariz, frunció los labios, pero su curiosidad pudo más. —¿Qué es eso?