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—Está bien, tu hermano y yo entraremos primero —dijo Wang Li sonriendo—. Tan Si no para de decir que hace mucho que no ve a la Tía y que te echa de menos. Pidió charlar contigo un rato. Solicitó permiso especialmente del equipo de producción y viajó un largo camino para comprar este regalo. Dijo que definitivamente te gustaría y ¡no pudimos detenerla!
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—Tan Rou tenía una sonrisa tenue. Wang Li no se sorprendió al ver la expresión de Tan Rou. En su impresión, Tan Rou siempre había sido tan fría frente a su familia. Solo con mirarla perdía el deseo de hablar, así que no se forzó a hablarle —le dio una mirada a Tan Si y entró primero con su marido.
—No era fácil para Tan Si tener la oportunidad de mostrarse. Sin embargo, cuando miró a Tan Ming, que estaba de pie al lado, cuanto más lo pensaba, más enojada se ponía. A pesar de ello, todavía tenía que reprimir su ira. Miró a Tan Rou con una sonrisa.
—Tía, feliz cumpleaños. Espero que tengas este día por muchos años más.