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94.09% Cultivación prohibida (+18) / Chapter 239: Torneo: preliminares de etapas dos y tres (III)

Capítulo 239: Torneo: preliminares de etapas dos y tres (III)

Por la noche, volvemos a ir al evento. Ayer Lia Qin compró unas pocas gemas. Aunque necesitará muchas más para practicar. Puede que aún sea pronto, pero las vamos reuniendo. De hecho, ha vuelto a llorar varias veces. Agradecida. Sin acabar de creérselo. Una en mis brazos. Otra en los de Ma Lang.

Encuentro unos calderos más. Pero no mejores que los ya comprados. No vale la pena adquirirlos. También obtengo una receta más.

Esta vez viene Shun con Lia Qin. Además de Ma Lang y Liang. Las veo comprar unas pocas flechas. Y ninguna de las espadas que han estado mirando. No ha sido muy productivo.

Esta vez no aparece Dai Fen. Aunque sí otros niños ricos. Tal y como me comentaron las chicas ayer, los estudiantes que están vendiendo les suben el precio. Han visto hasta cinco veces más. Uno incluso me guiña un ojo. Cuando le da un precio tres veces mayor al que me acaba de dar. No digo nada. Aunque voy disfrazado, es mejor no hacer enemigos sin razón. Y no es que esos niños ricos me caigan bien. No tengo ninguna razón para ayudarles.

A la vuelta, recojo a Ning. Hay muchos estudiantes y familiares que han vuelto por el torneo. Así que en el prostíbulo tienen mucho trabajo. Y pagan mejor. Me suplicó que la dejara quedarse más días y hasta más tarde. A veces, resulta preocupante. Solo piensa en sexo. Incluso me prometió que entrenaría más cuando acabara.

—————

–Y bien, ¿qué pasó con esos admiradores?– interrogo a Yu.

–Aaaahhh… Kong… No pasó nada… ¡Aaaahhhh!– ella responde, entre gemidos.

La tengo contra la cama. De lado. Dándome la espalda. Al igual que Yi con mi otro yo. Aunque del otro lado. De cara a su hermana.

Mi mano derecha pasa bajo ella para juguetear con su pezón. La izquierda por arriba tantea su entrepierna. Sus manos sobre las mías. Como queriendo detenerme pero sin hacerlo. Mis dientes se clavan en su oreja. Con suavidad. Con qi. Tras apartar su cabello rubio. Las dos hermanas por igual.

–Aaaaahhh, aaahhh… Eran unos pesados… Aaahhh… Querían ligar con nosotras con la excusa de que eran hermanos como nosotras… ¡Aaaaahhh! ¡Ni siquiera eran gemelos! ¡¡Aaaaaaahhhh!!– explica Yi.

–Oh… Así que hubiera sido diferente si fueran gemelos– la acuso.

–Je, je. ¿Estás celoso?– ríe ella –¡¡¡Aaaaahh!!! ¡Abusón! ¡¡¡AAAAAAAAAAAaaaaahhhhHHH!!!

La hago correrse. Mi mano queda completamente empapada. Está realmente excitada. Las dos lo están. Quizás por estar frente a frente. A pesar de no mirarse. Yu se ha corrido un instante después. Ahora intenta recobrar la respiración.

–Aaah… Los únicos gemelos… Aahh… que nos interesan… Aaahh… son tú y tú– confiesa Yu dulcemente. Y también enrojeciendo.

La beso en el cuello. No se resiste cuando levando su pierna izquierda para abrir hueco. Cuando mi miembro se acerca a su entrada. Más bien, se la ve excitada. Expectante.

–¡¡Mmmmmmmm!! ¡¡Mmmmmmmmm!!– se estremece cuando la penetro. Con los labios apretados. No voy demasiado despacio. Ni demasiado rápido.

–¿Y yo qué?– protesta Yi –¡¡¡AAAAaaaaaaahhhhhh!! ¡Traidor!

A ella la penetro de golpe. Como "castigo". Y empieza a moverme en su interior. Hacia dentro. Hacia fuera. Tentando su clítoris con mis dedos y qi. Su cuerpo se estremece. Su pezón está bastante más rígido que cuando hemos empezado. Gira el cuello y sonríe. Me reclama un beso. Veo que Yu reclama también uno a mi otro yo.

La verdad es que al principio era extraño. Incluso tenía un incómodo sentimiento de celos hacia mi otro yo al verlo follarse a una de mis chicas. Pero las vivencias se unen cuando nos unimos. Y, con el tiempo, se ha solidificado la sensación de ser uno separado en dos.

Es un poco más complicado absorber su qi cuando estoy dividido. Mejorar mi cultivación. Al unirme, todo se entremezcla. Por suerte, es fácil sincronizarme conmigo mismo. Decidir cómo y dónde.

Así que, por ahora, disfruto de su apretada vagina. Del contacto de su piel. Del de su espalda contra mi cuerpo. De sus mullidos y modestos pechos masajeados por mis manos. Del cosquilleo de su cabello rubio al acariciarme. De su lengua húmeda contra la mía. O el de su cuello bajo mis besos, su oreja, sus hombros, su espalda. Son míos cuando se vuelve a girar y la puedo besar de nuevo.

Puedo notar como el placer se acumula en ella. Como se estremece a cada embestida. Cada vez con más intensidad. Hasta que no puede resistirlo más. Todo su cuerpo tiembla. Su vagina intenta ordeñarme. Pero me resisto. Aún no he acabado con ella. Con ninguna de las dos.

–¡Ay! ¡Me has vuelto a morder! ¡Aaahh!– se queja Yu.

También se ha corrido hace un momento. He sido más suave con ella que con su hermana. Aunque la he mordido bastantes veces más. Su cuello y hombro están cubiertos por las marcas de sus dientes.

–Je, je. Algún día tenía que vengarme. Mmmm. Sabes que te aprietas cada vez que te muerdo. Tan estrecha…– me burlo un poco de ella. Aunque es la verdad.

–¡¡Aaahhhh!! ¡Tonto! ¡Rencoroso! ¡¡Ay!! ¡Otra vez! ¡¡Aaaaaaaahhh!! Kong… Más… ¡¡Ay!! ¡Eso no! ¡¡¡¡AAAAAAAAaaaahhhhhh!!!!– gime y se queja por partes iguales.

Sé que mañana voy a tener más mordiscos de lo habitual. Pero vale la pena el sufrimiento. Me encanta jugar con ella mientras follamos. Mientras nuestros cuerpos se entrelazan. Mientras compruebo una vez más la estrechez de su lubricada vagina.

Finalmente, me miro. Mi otro yo asiente. Nos coordinamos para hacerlas correr una vez más. A la vez. Para llevarlas al éxtasis. Para llenarlas.

––¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAaaaaahhhhhhhhHHHH!!!!!!–– gritan de placer.

Luego nos quedamos un rato abrazados. Bueno. Yo abrazándolas a ellas por detrás. Ellas cogiéndome mis manos con suavidad. Acariciándolas. Y Yu aprovecha para morderlas a traición.

–¡¡¡AAAAaayyyy!!!– exagero –¡Rencorosa!

–Mmph– ella sopla como indignada. Es adorable.

–Ja, ja. Te has portado muy mal con mi hermana– ríe Yi.

–¿También quieres?– la amenazo, poniéndole los dientes sobre su hombro.

Ella se gira. Me mira con sus preciosos ojos verdes. Sus labios humedecidos sonríen, imposibles de resistir. Lo sabe. Me acerco a ellos. Nos besamos. Dulcemente. Y su hermana acaba haciendo lo mismo. Totalmente entregada. Si fuera posible, no las soltaría nunca.

—————

Al día siguiente, volvemos a las gradas. Para ver los combates de Fen Huan. En el primero, se enfrenta al que es su mayor rival. Al ser el primer combate del día, los dos tienen todo su qi a su disposición. Aunque, si gastan demasiado, pueden tener problemas después. Se ponen a hablar en cuando suben. En voz baja. No los oímos.

–Parece un poco alterada. No sé qué le habrá dicho– comenta Pen con el ceño fruncido.

La conoce mejor que yo. Incluso que mis dos pervertidas, que llevan más tiempo siendo sus amigas. Claro que no conviven con ella todos los días. Ni la torturan.

Al final, los dos miran a la árbitra. Esta asiente.

–Combate finalizado. Empate– anuncia.

Hay algunos abucheos. La gente quería ver el combate. Nosotros también. Puedo ver que Fen Huan se muerde el labio. Parece molesta.

–Ella quería luchar. Lo esperaba, le hacía ilusión. No sé qué habrá pasado para que acepte el empate– explica Pen.

–¿Eso se puede hacer?– pregunta Bei Liu.

–Sí, pero solo una vez– explica Yan Xiulan.

A todos los participantes nos explican las reglas antes de empezar. Así que es normal que nuestra joyera lo sepa y Bei Liu no.

–Es una pena. Hubiera sido un buen combate– se lamenta Yawen.

Ella y Tai Feng han venido hoy. Ye Bi no. Tenía que practicar ciertos talismanes. Los que usará para el torneo. Necesita hacerlos allí. No los puede llevar hechos. Así que el número es limitado.

En cierta parte, es justo. En cierta, injusto. En un combate real, un maestro de talismanes puede llevar cientos de talismanes. Aunque no pueda usarlos todos por falta de qi, sí tendría una gran variedad ellos. Por ello, son muy versátiles.

Puede que otros también puedan comprarlos. Pero aun así, no es exactamente lo mismo. Según Ye Bi, los creadores pueden extraer hasta un 10% más de poder de cada talismán.

Además, algunos pueden no estar a la venta. Siendo exclusivos. O ellos pueden hacerlos especialmente personalizados. No se hace habitualmente para otros, ya que requiere mucho trabajo en conocer al otro. De hecho, algo similar dijo Yan Xiulan respecto a las joyas.

Por su parte, Di Tao pierde su primer combate. Su rival era claramente superior a ella. Ha plantado cara durante un par de minutos. Pero ha sido poco a poco superada.

—————

–Pobre– suspira Bi Lang.

–La ha pillado en un mal momento. No le ha gustado lo del combate anterior– se compadece Pen.

–Da miedo cuando está enfadada– abre mucho los ojos Tai Feng.

–Y eso que se está conteniendo un poco. Si estuviera enfadada de verdad…– me estremezco de solo pensarlo.

–Huan'er es genial– comenta Yan Xiulan, admirada.

Sin duda, del grupo, soy yo quien mejor la conoce en cuanto a combate. Si bien Pen la ha visto siempre que ha peleado conmigo, no ha recibido directamente sus ataques. Si estuviera dándolo todo, su adversario habría entrado en pánico. No es que le falte mucho.

Queda claro que se está desahogando un poco. El empate del combate anterior la ha irritado. No sé exactamente qué se han dicho. Supongo que nos los contará.

En cuanto a su rival actual, ha cometido un grave error. Algo le ha dicho que ha hecho saltar la chispa. Ella no le ha respondido, solo sonreído. Mis pervertidas, Pen y yo nos hemos mirado en ese momento. Esa sonrisa ocultaba su clara irritación. Al menos, clara para nosotros.

Ahora, su rival se defiende como puede de los ataques de Fen Huan. Cada uno lo hace retroceder un par de metros. Ella no intenta cogerlo por sorpresa. O hacer fintas. Busca avasallarlo frontalmente. Si intenta esquivarla, es peor.

En un último, golpe añade más qi. Su adversario sale disparado fuera de la tarima. Tanto espada como escudo salen también disparados. Se la queda mirando asustado. Mientras ella lo mira por un momento desde arriba. Con desdén. Y se da la vuelta.

–Ganadora, Fen Huan– anuncia la árbitra.

A pesar de mirarlo con ferocidad, Fen Huan saluda a su rival cuando se levanta. Como es su educación como guerrera. O eso ha dicho alguna vez. Este le devuelve el saludo apresuradamente. Y rápidamente se da la vuelta. Se va sin mirar atrás. Todo lo rápido que puede sin llegar a correr. Su grupo solo tiene dos combates por la mañana.

–Ja, ja, ja. Lo ha asustado– ríe Pen.

–¡Fen Huan es la mejor!– la anima Bi Lang.

–¡Fen, Fen, Fen Huan!– también exclama Bei Liu.

Ella no nos mira. La comprendo perfectamente.

—————

–Yo quería luchar, pero el muy come píldoras me ha amenazado con forzarme a usar todo el qi. Incluso con usar el de la etapa cuatro. Maldito…– se queja Fen Huan.

Se llama "come píldoras" a cultivadores que se atiborran de píldoras en lugar de cultivar. Una cosa es tomar algunas, y otra atiborrarse. Son vistos con desdén por muchos.

Suelen ser ricos, pues no se puede hacer algo así sin tener medios. Además de que es peligroso. Las impurezas se acumulan, y más contra menor sea la calidad de las píldoras. Si bien eso puede solventarse, o al menos mitigar, con otras píldoras o elixires, los cimientos de la cultivación suelen ser un tanto inestables.

En cuanto a mi caso en particular, mi cultivación no parece tener problemas, a pesar de ser un tanto especial.

Entiendo que esté molesta. Prácticamente, la ha chantajeado. De hacerlo, ambos hubieran tenido problemas en los siguientes combates. Lo que pasa es que él ya ha luchado con los más fuertes. Así que se lo puede permitir. Fen Huan aún tiene un combate importante. Si estuviera falta de qi, tendría problemas. Correría el riesgo de quedar eliminada.

–No vale la pena enfurruñarse por lo que no puedes cambiar. Mejor mira el lado positivo– la consuela Pen.

–¿Qué lado positivo?– ella pregunta, no muy convencida.

Pen se acerca a ella. Algo le dice al oído. Fen Huan asiente. Me mira, ligeramente sonrojada. Y vuelve a apartar la mirada. Pen sonríe satisfecha. Mis pervertidas sonríen cómplices. Se imaginan sobre qué le ha dicho. Yo también. Yan Xiulan parece no haberse dado cuenta. Si no, estaría muy roja. Yawen disimula. Tai Feng hace lo mismo tras ser pellizcado.

Sea como sea, parece que está mucho más animada. Me siento utilizado. Bueno, no es que me importe ser utilizado para ciertos asuntos.


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Capítulo 240: Torneo: preliminares de etapas dos y tres (IV)

[Ya se han publicado todos lo capítulos hechos antes de migrar a webnovel (y algunos más). A partir de ahora, las actualizaciones serán menos frecuentes, de uno capítulo por semana.

Ayudadme a poder dedicarle más tiempo apoyándome en patreon.com/lordescritor ]

Veo en el marcador que Di Tao ha ganado el último combate de la mañana. Su grupo tienen uno más por la mañana y uno menos por la tarde. Antes no me ha dado tiempo de verlo.

El primero de la tarde es el combate definitivo para Fen Huan. Su rival blande una espada a dos manos. Por eso, Tai Feng y Yawen están bastante interesados en este.

Las dos suben a la plataforma. Se saludan. Se quedan mirando fijamente. Fen Huan con sus ojos rosa intenso. Su pelo rosa atado en una cola.

Su rival es bastante alta. Le saca más de una cabeza a Huan'er. Su pelo corto rojo fuego. Sus ojos también tienen un brillo rojizo. Es posible que tenga cierta afinidad al fuego. Pero a este nivel aún es pronto para explotarlo. Aunque probablemente le sirve para ser apreciada y obtener soporte extra. Tiene un futuro prometedor.

–Empezad– anuncia la árbitra.

No se observan. Las dos saltan hacia delante. Sus armas colisionan con fuerza. Los destellos de qi son impresionantes. Aunque hay que concentrarse para verlo. Son invisibles al ojo humano. Ambas son empujadas un par de pasos hacia atrás. Y vuelven a abalanzarse hacia la otra.

Fen Huan usa ese momento para lanzar una extraña técnica. ¿Qué pretende? Nunca se lo había visto. Tampoco es que use mucho qi.

Oh. El qi que se había concentrado tras la primera colisión es de alguna forma desestabilizado. Moviéndose caóticamente. No parece peligroso. Y no veo que le dé ventaja. Es lo mismo para los dos.

Ah. Ya veo. Es una especie de distracción. Ella ha tenido un instante más para cambiar la trayectoria. Sabía lo que iba a pasar. Y ataca por el flanco.

Su rival se gira levemente para enfrentarse a ella. No puede evitar meterse en ese qi caótico. Mm. Aunque ambas rebotan hacia atrás, esta vez Fen Huan tiene un poco de ventaja. ¿Es por ese qi? Diría que de alguna forma ha perjudicado a la de la espada. Quizás ha afectado al qi. Parece sorprendida por el resultado del intercambio. Aunque reacciona rápido para detenerse y volver a atacar.

Mi masoquista ha tenido la ventaja en el anterior intercambio. Así que puede pararse unos momentos antes. Y ha alcanzado mayor velocidad cuando se encuentran. Así como más tiempo para añadir qi a su arma. Eso hace que cobre un poco más de ventaja en el intercambio. Empujándola un poco más para atrás. Pudiendo reaccionar aún antes que en el anterior.

Esta vez, su rival decide retroceder en lugar de avanzar. Está en desventaja, así que ha cambiado de táctica. Puedo notar que está acumulando qi. Fen Huan también.

Cuando de nuevo van a colisionar, Fen Huan cambia de dirección de repente. Eso hace que su rival deba detener la técnica que estaba lanzando. Y volverse. Ha querido retroceder para ganar tiempo y prepararse, pero ha perdido la iniciativa. Dado que estaba estática, no podía hacer lo que ha hecho Fen Huan. Ni tiene tiempo para acelerar y huir.

Nuestra combatiente de pelo rosa vuelve a cambiar de dirección. Sin perder mucha velocidad. De nuevo encara a su contrincante. Aún con su técnica preparada.

La técnica de su rival ha sido suprimida a la fuerza para poder lanzarla un poco más tarde. Quizás ha logrado no perder qi. Pero está claro que no ha añadido más. Está en aún mayor desventaja. Parece un tanto nerviosa.

Un detalle tras el primer intercambio ha llevado a la iniciativa de Fen Huan. A aumentarla en cada intercambio. No intenta aprovecharla para herirla, sino para seguir aumentándola. Para oprimir a su contrincante continuamente.

A duras penas, la luchadora pelirroja logra mantener la compostura. Conserva su arma y el daño no ha sido mucho. Pero ha sido empujada varios metros hacia atrás. Está cerca del borde. Además, la pelirrosa no se ha detenido ni un instante. Va hacia ella.

Alza su espada e imbuye qi en ella. Parece formar como unas alas sobre el arma. Mientras quien la empuña aprieta los dientes. Necesita mantenerse firme. O esquivar hacia uno de los lados. Su posición cerca del borde es un tanto precaria.

De repente, el arma de Fen Huan sale volando hacia su rival. Al mismo tiempo que el qi se condensa en sus manos.

Sobresaltada, la espadachina se mueve rápidamente hacia un lado. Logra esquivar, pero tiene que detenerse de golpe cuando un potente filo de qi sale a su paso. Otro se dirige hacia ella directamente. Se ve forzada a enfrentarse a él con su espada cubierta de qi.

Mmm. No era un ataque muy poderoso. Lo resuelve con facilidad. Pero cae hacia delante. Fen Huan se ha lanzado contra ella paralela al suelo. Golpeándola con los pies en los tobillos. Ese movimiento me lo ha enseñado más de una vez.

Dolorida, la pelirroja se levanta todo lo rápidamente que puede. No ha soltado la espada. No obstante, Fen Huan se ha levantado antes. Y ha recogido con su mano alzada su arma que volvía.

La ataca sin dar tiempo a ninguna de las dos a recobrar el aliento. No hay pausa. No hay tregua. Tiene ventaja, y va a hacer lo que pueda para conservarla.

La espada choca con el arma de Fen Huan. Sorprendentemente, la espada parece tener ventaja. ¡Oh! Sin que nos diéramos cuenta, nuestra pelirrosa ha dividido su arma en dos. La espada ha impactado con la primera mitad. Mientras se ha posicionado para lanzar su segundo ataque con la otra mitad un instante después de la primera colisión. Antes de ser forzada a retroceder.

Su rival no lo esperaba. Fen Huan ha separado las armas en la espalda. Fuera de su vista. Además de hacerlo mientras combatían frenéticamente. No dándole tiempo a pensar. Incluso en el público nos ha costado darnos cuenta. Al menos a mí.

El retroceso del impacto con la espada empuja a Fen Huan hacia un lado. Se ha posicionado para que así fuera. Su rival tendría esta vez ventaja, pero la segunda mitad del arma ha alcanzado su costado. Está dolorida. Y su escudo ha fluctuado peligrosamente. Casi ha sido definitivo.

Mientras está siendo empujada hacia atrás, Fen Huan vuelve a unir las armas. Y las lanza girando hacia su contrincante. Creo que ha reunido parte del qi circundante.

La espadachina es incapaz de reaccionar. No lo esperaba. Además de que estaba dolorida. Quizás aturdida. Su escudo se vuelve totalmente rojo.

–Ganadora, Fen Huan– anuncia la árbitra.

Ha sido un combate rápido pero intenso. Mucho más difícil de lo que parece. Sin esa ventaja inicial, no sé qué habría pasado. Quizás, el mayor mérito no es esa ventaja, sino aprovecharla como lo ha hecho ella. Me levanto para aplaudir. No soy el único. Aunque hay un par que prefieren usar sus propios métodos.

––¡Fen, Fen, Fen Huan! ¡Fen Huan es la mejor!–– exclaman mis dos pervertidas al unísono.

Ya Xiulan las mira. Me mira. Me encojo de hombros. Una risita se le escapa. Es un encanto.

Pen se limita a aplaudir. Con una sonrisa preciosa. Está orgullosa de su esclava.

Tai Feng mira hacia otro lado. Como si no las conociera. Él que puede. A mí me están cogiendo cada una de una mano. Obligándome a alzarlas. Yawen se ríe. Suspiro. Me besan cada una en una mejilla. Quizás no está tan mal.

—————

Sus dos siguientes combates deberían ser relativamente fáciles. El próximo es particularmente interesante. Contra Lin Man. El amigo del fallecido Zhi Ru. El que quiso forzarme a entregarle el disco de formaciones que tenía este. Cuando ni siquiera tenía la seguridad de que yo lo hubiera obtenido. Bueno, lo tengo. Pero él no lo sabe.

Mis pervertidas y Pen lo miran subir con una sonrisa burlona. Saben qué va a pasar. Él no tiene ni idea. Yan Xiulan mira con expectación. Tai Feng y Yawen no saben exactamente qué paso, pero sí que pasó algo. Parecen interesados en lo que vaya a venir. Fen Huan está seria como siempre. Nada parece indicar algo diferente.

–Empezad– anuncia la árbitra tras el saludo protocolario.

Fen Huan se queda quieta. Esperando. Él no sabe muy bien qué hacer. Sabe que es inferior. Aunque no se ha rendido. No sabe hasta qué punto es un grave error.

Ella se acerca caminando. A cada paso, el qi aumenta en ella. Es una técnica que ha usado alguna vez conmigo. Aunque rara vez en un combate serio. No es muy efectiva. Pero le proporciona un aura un tanto imponente.

Él da un paso atrás. Mientras reúne qi para su propia técnica. Ella imbuye todo el qi en su arma y ataca de repente. Él la bloquea. Y se encuentra con que su enemiga apenas opone resistencia. Ha soltado el arma. Y le ha dado un puñetazo en la cara.

Es una acción un tanto arriesgada. Pero Lin Man estaba claramente intimidado. Ha quedado un tanto en ridículo. Claro que ese es el menor de sus males.

Aunque el escudo impide que el dolor sea igual al de un puñetazo normal, tampoco es leve. Aunque no suelta el arma, parece demasiado aturdido para reaccionar. En ese momento, una rodilla impacta en su entrepierna. Ugh. Duele de solo imaginarlo.

Tai Feng y yo nos miramos. Tragamos saliva. Hemos pensado lo mismo. Hay unas cuantas alrededor a las que le parece divertido.

Lin Man se dobla. Un golpe con los dos puños unidos impacta en su rostro. Sale disparado hacia atrás. Y su espada cae al suelo.

Fen Huan no recoge su arma, sino que salta hacia él. Antes de que caiga de espaldas, lo golpea en el estómago. Otra vez con los dos puños. De arriba a abajo. Él impacta violentamente contra el suelo.

Los golpes dañan el escudo de qi. Pero no tanto como un arma. Así que Fen Huan puede seguir golpeándolo sin parar. Varias patadas en la cara. Una más en la entrepierna. Algún que otro pisotón.

Con facilidad, podría haberlo echado fuera. Pero no lo ha hecho. Creo que es evidente para todos que tiene algún tipo de resentimiento contra él. Claro que no va contra las reglas. Y podría rendirse. Si tuviera un instante para pensar. Y muchos golpes no fueran en la boca.

–Ganadora, Fen Huan– anuncia la árbitra cuando el escudo se vuelve rojo, mientras mira a Fen Huan con curiosidad. No parece importarle que haya apaleado a su rival.

Ella se va de la tarima sin saludarlo. A él tienen que llevarlo. Sin el escudo, seguramente tendría algunos dientes menos. Además de huesos rotos. Y un problema con su vida sexual. El escudo ha impedido que fuera grave. O el dolor desproporcionado. Lástima. Pero no por ello ha dejado de sufrir. No sé si podrá llegar para el último combate. No es que me importe demasiado.

Algo le ha dicho Fen Huan cuando lo han sacado. Lo estaba esperando. Él parecía asustado. Que le sirva de lección. Y a mí el sentarme entre las dos animadoras. Es realmente vergonzoso. Claro que no me han dado opción. Por no hablar de que Pen, Yan Xiulan, Tai Feng y Yawen me han traicionado, dejándolas sentarse junto a mí. Sacrificándome por su propio bien. Mi intento de sacrificar a Yan Xiulan ha sido un fracaso total.

Aunque, que me estrujen con sus cuerpos cuando me abrazan no está mal. Bueno, supongo que es compensación suficiente sentir sus blanditos pechos contra mí.

Las cojo de la cintura. Las beso una tras otra. Ellas me sonríen. Al menos se han callado por un instante. Solo por uno. Sus sonrisas son preciosas.

—————

Di Tao ha acabado ganando el último. Ha perdido tres y ganado siete. No está mal. Tendré que felicitarla.

El último combate no tiene mucho interés. Después de ver lo que le ha pasado a Lin Man, su adversario está aterrado. Se rinde nada más empezar. Ella se encoge de hombros. Se me escapa una sonrisa. Mientras que ciertas dos son igual de ruidosas.

Tras el combate, nos vamos. Las gemelas se quedan un rato más. Luego iré a buscarlas.

Tai Feng y Yawen se despiden tras hablar con Fen Huan y felicitarla. Yo me acabo escapando, entre risas de mis pervertidas. Estaban amenazando con seguir animando a Fen Huan aquí fuera. Se ríen.

Cuando entro en la cabaña de Di Tao, se está quitando la ropa. Supongo que pretender lavarse con qi. Pero tendrá que ser más tarde.

–¡Kong…! ¿Qué haces aquí…?– se gira, sorprendida.

–He venido a felicitarte– abrazo su cuerpo semi desnudo.

–Es… Espera… Estoy sudada…– se resiste levemente.

–Más lo estarás dentro de poco. Además de tener tu culo lleno– la amenazo.

A la vez, mis dedos llegan a su culo. Estimulo su agujero detrás de la ropa que aún le queda.

–¡Aaahh! Espera… ¡Aaaahh!– apenas se resiste.

–¿No quieres? Si prefieres que me vaya…– la amenazo.

–¡NO! Esto… Haz lo que quieras…– se rinde, expectante.

Le doy la vuelta para que me mire. La cojo de la cintura. La empujo contra la pared. La alzo. Sus piernas dobladas hacia delante y hacia arriba. Ella mirándome excitada. Sus bragas ya han sido eliminadas.

Mi miembro erecto no tarda en penetrar su culo. Después de limpiarlo con una muy conveniente técnica. Y de lubricarlo. ¿Cómo la encontraron?

–¡AAAAAAaaaahh! ¡Más! ¡¡AAAAAaaaahhhh!!– gime, totalmente dominada por la lujuria.

Yo sigo penetrándola una y otra vez. Mientras ella gime. Apretada contra la pared. Primero excitada. Agotada después de no sé cuantos orgasmos. Balbuceando palabras incomprensibles. Con la lengua medio fuera. Y habiendo sido llenada dos veces. Ha sido realmente intenso. Sin duda, no ha sido la única que lo ha disfrutado.

La dejo sobre la cama. De lado. Jadeando.

–Gra… cias– apenas logra decir, mientras acaricio su pelo morado.

Se acaba durmiendo poco después en mis brazos. Aún llena de mí. Sudada. Tendrá que lavarse mañana.


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