RECUERDOS
(***)
Obesrvo la gran ventana que se encuentra frente a mi mesa. Hundida en mis pensamientos, tratando de darle un rumbo a mi vida, aconsejándome de manera inútil.
Apoyándome en mí.
Porque tengo personas a mi alrededor pero aún así, siento que no tengo a nadie.
Siento que sólo me tengo a mí, y no está bien.
Lo que me apasiona más que nada en esta vida, es escribir. Me hace feliz como escasas cosas. Me aparta del mundo de una manera maravillosa. Me hace olvidar la parte mala de lo que conlleva vivir. Me transporta a algún mundo del que me gustaría ser parte. Me lleva de paseo por el viaje más maravilloso, del que cualquiera querría ser partícipe.
Sin embargo, no estoy haciéndolo.
Intento, intento... Y sigo intentando, pero no hay caso.
A mi vida le falta inspiración, apoyo, consejos y sugerencias.
Me falta algo y lo único que siento es este vacío lóbrego.
[Flashback]:
" – Tal vez, pueda ser feliz si no se atasca con nignuno de esos tipos... Si yo fuera ella, le daría la oportunidad a alguna chica. Posiblemente no vaya a encontrar el amor en un hombre, no deberías dejar que pierda el tiempo con alguien que no la complementa, merece un amor sano y feliz.– Kol tomó la libreta de su amiga para seguidamente, escribir su idea en una hoja en blanco, con una hermosa sonrisa.– Y no olvides darme créditos al final, panecito.
–Voy a tenerlo en cuenta, chiquito. Prometo no olvidarme de ti cuando sea alguien importante... Dime, ¿cómo te llamabas?.–Asia bromeó, recibiendo un leve golpe en el brazo a cambio.
–¿Sabes?, aún no entiendo como es que, teniendo tantos prólogos, lugares, personajes e ideas concretas; no has publicado ninguna de esas grandes historias.
–Bueno, creo que aún no llega el momento indicado. Interiormente, no siento prudente dar el siguiente paso. Me gustaría seguir produciendo pequeñas historias y así, si en algún momento se presenta la oportunidad, publicar algo.
–Son increíbles, As. Tienes mi total admiración y apoyo.–Kol se puso de pie para, seguidamente, gritar para todas las personas presentes.–¡ASIA WAGNER, SEÑORES. MI ESCRITORA FAVORITA, LA MÁS PERFECTA Y TALENTOSA... ¡Y ES MI MEJOR AMIGA!, ¿PUEDEN CREERLO?.
Con una gran sonrisa de complicidad hacia su par, Asia se puso de pie agradeciendo lo aplausos de su amigo. Porque, de entre todas las personas presentes, él era el único que lo hacía."
[Fin del flashback]
No estoy segura de por cuanto tiempo estuve perdida. Hubiera seguido así, de no ser por el joven que tocó mi hombro para dejar el pedido sobre la pintoresca mesa.
–Señorita, ¿se encuentra bien?.
Entonces fue cuando volví a la realidad, sintiendo nuevamente ese dolor que se volvió tan familiar en mi pecho. Con restos de lo que hacia algunos momentos habían sido lagrimas involuntarias. Con la mirada perdida en los árboles que ocupaban la calle de enfrente y con total seguridad puedo decir que también, tengo una apariencia lamentable.
–Estoy bien, muchas gracias.
El joven, sin poner objeción, se retiró de la sala para volver a su área de trabajo.
Luego de eso, no sabía si debía quedarme, y seguir maquinando mi cabeza. O irme, despejarme con algo que encuentre en la calle. Un accidente. Un pleito o algo por el estilo, y dejar descansar mi consciencia por un rato.
Yendo con la segunda opción, tomé un sorbo generoso de la taza, puse mi mochila en mis hombros para seguidamente, bajar al primer piso, pagar y salir del café.
Las calles estaban en el pico más alto del día, los lunes todos en la ciudad se ponían de acuerdo para salir a la misma hora.
O eso parecía.
Nada interesantes ocurrió, fui detallando la vestimenta de todo aquel que me cruzara. Me pareció una gran distracción para salvar el momento.
Una vez en casa, me di cuenta de lo bien que me hizo salir un poco. Si bien, el estar fuera no me sana ni me quita el vacío, me distrae.
Y eso me ayuda de cierta forma, ¿no?.
Eso dice mi psicólogo, y elijo creerle.
Mi habitación se siente tan vacía, al igual que el resto de la casa. Estoy sola la mayor parte del tiempo, si bien mis padres se acercan de vez en cuando para saber cómo estoy, no siento que me den el apoyo que podría llagar a necesitar. Suena algo egoísta y caprichoso, por lo que prefiero no hablarlo.
Y no los culpo. Pasó un mes de la muerte de Kol.
Los primeros días, pausaron sus actividades para acompañarme en todo momento, permitiéndome tomarme un tiempo en los estudios y talleres extras, lo cual agradezco.
Aún así, la peor estapa, es ahora.
El hoy.
Este momento.
Acostumbrarme a esta nueva parte de mi vida, sin Kol. Es la parte que más duele.
Pasar las tardes sola, cuando prácticamente estábamos todo el día juntos. Ir al café, escribir, bailar, ver televisión, jugar juegos de mesa, escuchar música; el simple echo de estar acostada en mi cama sin sentirme fuera de lugar, sin dudas se convirtió en una de las peores sensaciones.
Durmiendo es el único momento en el que no me persigue el dolor. Los sueños son los únicos momentos en donde soy feliz y me siento completa.
En donde vuelvo a vivir.
El único instante en el que vuelvo a ver a Kol, de la misma forma en que lo hice antes de su muerte: Con una sonrisa en su sereno y angelical rostro. Con su brazo sobre mis hombros, como solía hacerlo siempre. Brindándome su apoyo y ayuda con un simple gesto. Amándome como sólo él sabía. Ovacionándome de la forma tan caótica y especial en que sólo él lo hizo alguna vez.
Simplemente acompañándome con su presencia. Contándome esos chistes tan malos y encendiendo mis días más oscuros con su atención. Con su amor.
!SEAN BIENVENIDOS! 💛
📚Recuerdenque cualquier error será corregido al finalizar la historia.