Capítulo 2: La visita a los Lopez
Lucas va de camino a su comprador de confianza, le había comprado objetos con la dirección y el nombre del propietario, a cambio el beneficio que se llevaba Lucas solía ser mucho menor, rozando el diez por ciento del precio vendido. No le agradaba esa idea, pero qué otra cosa podía hacer, Daryll no compartía su compás moral, incluso si el beneficio de venderle era mayor.
En su camino, Lucas ve a un mendigo, con su vaso lleno de monedas, se revisó el bolsillo para sacarse toda la calderilla que tenía. Cuando pasó al lado del mendigo, intentó tirar las monedas en su vaso tirando el vaso del pobre hombre.
"'¡Oh no! Lo siento muchísimo, deje que le ayude..." se puso de rodillas y empezó a recoger las monedas que había tirado por su propia idiotez. La expresión del hombre pasó de rabia a neutralidad nada más vio el arrepentimiento de Lucas.
"No pasa nada, no te preocupes, estas cosas pasan." ni se levantó del sitio para recoger las monedas junto a Lucas, lo dejó arreglar su propio accidente. Así debía de ser, pensaba el hombre, qué clase de personaje intenta tirar monedas a un mendigo en vez de pararse, depositarlas y proseguir con su camino.
"De verdad que lo siento, encima que solo le he dejado mi calderilla voy y le tiro todo, es que tenía algo de prisa y pensé que lo lograría." respondió, todavía recogiendo monedas y echándolas en el vaso. El hombre solo se lo quedó mirando antes de sacarse sus cigarrillos aplastados. Una vez sus monedas fueron recolectadas, asintió a Lucas a modo de agradecimiento, incluso si no se las merecía.
Lucas se puso de píe y volvió a pedir perdón antes de marcharse, un error tonto del que tomó responsabilidad. Pero eso era mentira, no era ningún error, cuando se había alejado lo suficiente del mendigo, abrió la palma de su mano revelando cuatro euros con cincuenta céntimos y lanzó las monedas al aire con una sonrisa victoriosa.
"Como quitarle caramelos a un niño, siempre caen." se dijo a sí mismo antes de entrar a una heladería y salir con un cucurucho de vainilla. Era su pequeña recompensa por seguir siendo tan habilidoso con las manos.
Disfrutando de su helado llega a una urbanización, llama al telefonillo y no tardaron en responder. Una mujer mayor, rozando los sesenta probablemente.
"¿Sí? ¿Quién es?" preguntaba la mujer a pesar de tener un telefonillo moderno con cámara.
"¡Soy yo! Abre." respondió, y las puertas se le abrieron en ese mismo instante. Él pasó y fue perfectamente encaminado al piso que había llamado, a pesar de la actuación de hace un momento, esto no era un truco para robar a la pobre anciana.
"Lucas, querido, hace tiempo que no te pasas por aquí. Te estábamos echando de menos, yo la que más." decía la señora con un tono dulce, ambos se abrazaron y Lucas besó a la mujer en la frente con cariño. "¿Te vas a quedar a cenar? Estoy preparando una tarta de manzana y berenjenas rellenas, también una caldo de vegetales porque así tenemos qué comer." la mujer iba a contarle todos sus planes, el día que ha tenido, todo, hasta que Lucas la paró, soltándose del abrazo.
"No puedo, solo he venido a ver a Alex. Ver qué tal le va, hablar de asuntos de chicos e irme. Ya tengo planes de dónde voy a cenar, si me pudiera quedar te habría llamado." mintió, pues hacía tiempo que perdió el teléfono de la señora López y por algún motivo le daba mucha vergüenza pedírselo de nuevo. "Así que si no es mucha molestia, voy a ir a verlo y me tendré que marchar, pero te prometo que nada más tenga tiempo vendré para quedarme y hablar. Te traeré tu té favorito y todo." dijo con una sonrisa que contagió a la mujer. Ella solo asintió con la cabeza y se volvió a seguir sentada en el sofá mientras salía una criada de la cocina a preguntarle respecto a la comida. Lucas miró a la criada y continuó al cuarto de Alex.
Caminó hasta una puerta sobre la que había colgado varios carteles, entre ellos uno que decía, "No entrar, estoy ocupado", pero ni siquiera tocó a la puerta. La abrió y se empezaron a escuchar gritos.
"¡¿Pero quieres jugar en serio?! ¡Estamos perdiendo por tu puta culpa-! ¿¿Qué me calme?? ¡Tiene un KDA negativo!" gritaba Alex, un chico de poco más de dieciocho años que no hacía mucho más que estar en su ordenador. Pero cesó los gritos cuando se volteó y vio a Lucas. No se puso contento igual que su madre, pero tampoco le molestaba su visita. "Hombre, ¿tú por aquí? Toma asiento donde puedas, a ver qué traes." volvió a su ordenador y cerró el juego para abrir varias páginas de un navegador extraño, una vez se lo explicó a Lucas pero no le quedó nada claro.
"¿Ibas ganando?" preguntó por amabilidad, pero no recibió ninguna respuesta. Mejor, pensó, de todas maneras tampoco sabía de videojuegos, encima de los que jugaba Alex. ¿Cómo se podía estar divirtiendo si siempre que lo veía jugar no hacía más que quejarse y gritar? Le parecía tan raro. "Bueno, al lío. Mira lo que te he traído." le ofreció el reloj de bolsillo y este se lo puso enfrente mientras buscaba mil cosas en cada una de las ventanas que tenía abiertas.
"¿Un reloj de bolsillo? No sabía que ahora robas abuelos. Okay." decía como si fuera un traficante serio y no viviese todavía con su madre. Agarra el reloj y lo revisa por todos lados, lo revisa minuciosamente hasta que siente que hay algo por la parte trasera. "¿Una inscripción? Venga ya, ni que fueran los ochentas" le dio la vuelta al reloj y leyó lo que había puesto, Lucas se esperaba que eso le hiciera risa, pero Alex solo puso el reloj de vuelta en la mesa y empezó a buscar el modelo del reloj, año, materiales, historia. Sabía más sobre ese reloj que el propietario original.
"Estaba pensando en dejártelo por unos ochocientos, parece caro." lanzó su oferta, pero Alex no le hacía caso. Estaba pegado a la pantalla mucho más que de costumbre. "No voy a bajar, te dejé engañarme la primera vez porque eras un crío, pero ya eres un adulto y negociaré contigo como tal." nada, Alex seguía sin prestarle atención. Ya fue cuando Lucas se levantó y se acercó a Alex para ver qué lo tenía tan centrado en la pantalla. "¡¿Diez mil?! ¿Por el reloj? Estás de coña, ¿y eso es una solicitud, no?" pregunta emocionado, había dado en el clavo con este pequeño robo. Aunque al ver a Alex morderse las uñas sentía que algo malo iba a decirle.
"¿Hace cuánto has conseguido esto?" decía abriendo de nuevo la pestaña donde salía que se ofrecen diez mil dolares por ese reloj. El anuncio se había creado hace tan solo media hora.
"Pues no sabría decirte, no reviso la hora cuando encuentro mis tesoros. Pero diría que hace como una hora, hora y media, ¿por qué?" preguntó sin saber la hora de creación del anuncio. Pero se escandalizó cuando Alex cerró todas las páginas del navegador y volvió a abrir su juego. "¡Pero! Dime algo hombre, no me digas que no lo quieres, no te voy a pedir diez mil, sé que tienes que hacer tu beneficio también, te lo dejo por mil, nuestro acuerdo estándar." esos mil euros le vendrían muy bien ahora mismo y el reloj no hacía más que recuerde a ese tipo tan molesto.
"Lárgate, no quiero el reloj ahora mismo. Si traes algo más déjamelo y te mando el dinero." respondió Alex de forma cortante, sin dar explicaciones a su compañero. Solo agarró el reloj y se lo ofreció de vuelta.
Fuera de la urbanización, Lucas estaba todavía confuso. Alex era el único que compraba cualquier cosa por un precio razonable, pues era capaz de vender de forma internacional, pero esta era la primera vez que Lucas se marchaba sin un duro y manteniendo lo que había traído. Sus planes se volvían a desmoronar, ahora no podía ir a permitirse una buena cena ni por su cuenta. Primero García que le da plantón y ahora Alex lo dejaba tirado.
"Menuda porquería eres... yo prefería un buen filete de carne a su punto a quedarme contigo, pero no queda de otra. Por ahora te vendrás conmigo." suspiró y se volvió a guardar el reloj, marchándose a su casa. Si tuviera ese dinero extra pediría un taxi, pero ahora mismo no tenía ni para el bus. Media hora de caminar por ese acto de mal karma, todo por un helado.
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