Borgol quería ver más de Karazkan, pero Kyl no les dejo marcharse de la sala de meditación si es que querían aprender a luchar como necesitarían para plantar cara a Gar'Dal y sus esbirros.
Zul'Kyl había convencido con bastante esfuerzo de que Mork entrenase el camino de los elementos con Azgresh.
El decidió personalmente entrenar a Borgol que identifico como un guerrero prodigioso y un cazador de bestias versado.
Kalair practicaría junto a su amigo, disparando a un Kyl que era terriblemente rápido, aún más que Redhand, y teniendo en cuenta que la munición de Kaly solo rebotada inútilmente en la piel metálica de Kyl, pudo dedicarse con todo su esfuerzo en perfeccionar su puntería y reflejos.
Mork, miraba a Azgresh encantado, sus ojos se perdían en los celestes de su maestra, pero poco caso hacía a la lección de meditación que esta le estaba dando. No creía que tenía talento como maestro del fuego y la tormenta, él quería que Kyl lo entrenara nuevamente. Pensó que tal vez podría acompañar a su nuevos amigos y enfrentar a Gar'Dal y el Culto, pues habían sido sus juegos de poder lo que había terminado trágicamente con su idílica vida en Zurvarat.
-Morkhal- le llamó la atención Azgresh.
-ese nombre…- respondió Mork un tanto consternado.
-es tu nombre, Morkhal Thunderwolf, es el nombre que te dieron tus maestros en la montaña ardiente, Kyl me contó la historia, puedo sentir como la tormenta vibra dentro de tu alma, quiere escapar a través de tus armas, necesita que las uses como corresponde, como un chamán del trueno-.
-yo…- dijo dubitativo, no había tenido una conexión real con los elementos en la Montaña de Fuego, no se sentía talentoso, como Zul'Kyl le refregaba en la cara, y ahora Azgresh pensaba lo mismo, pero ¿si le hacía caso, y si tenían razón?;- me esforzare-.
-no espero menos de ti Mork, eres un tipo duro, pero tu corazón está herido-.
-tal vez necesite un poco de terapia, si es que me las das tú-.
Azgresh rio y le dio un puñetazo amistoso el brazo.
***
Zul'Kyl nació en la ciudad de Zul'Moran, cuando esta se llamaba Erganar, la capital del reino de Van Der Gir, fue el primero de los hijos de él con Krasny Bel, pero por aquel entonces, Van Der Gir era solamente Diablo, y Krasny lo despreciaba.
Cuando se dio la invasión del Ejercito Negro de Turus el Destructor de Mundos, las fuerzas de los Tres grandes dragones y los demonios de Diablo se unieron a al Campeón de Kal.
Sun Sok Kal era un dios anterior a los antiguos, capaz de crear a voluntad seres primigenios. Pero, se vio limitado de no poder crear algo tan perfecto como Krasny Bel.
La debilidad de esto fue que su campeón angelical cayó victima del encanto irresistible de Bel, pero nadie pensó que Krasny lo amaría también. Juntos engendraron la humanidad, y continuaron en un acto de amor incesable.
Aunque los dioses antiguos no pensaron que Krasny Bel amaría al Campeón de Kal, su objetivo se cumplió de todas formas, drenó todo su poder. Y desde entonces Kal desearía a Bel como un mortal cualquiera.
Luego de repeler a Turus, sin embargo, Diablo y Nefar, repletos de envidia y odio por el afecto de Bel al Campeón, le tendieron una trampa, lo mataron, desmembraron y comieron su carne, lo que los llevo a corromper sus cuerpos y su cordura.
Zul'Kyl no recibiría amor de sus padres, si encontraría un mentor en las ideas de justicia absoluta de Zul'Nefar. Fue entrenado por él durante décadas, se convirtió entonces en el artista marcial más poderoso de Xera.
Pero Nefar se transformo en Ala Negra, y juntó con Diablo hicieron caer a los Dioses Antiguos, asediaron Skyland y encerraron a Sun Sok Kal en una torre con sellos imposibles de romper sin la magia de los dragones blancos, unas de las primeras creaciones de Kal y las que más resentimiento le guardaban.
Cuando la humanidad prosperaba con muchas de las criaturas hijas de Van Der Gir y Krasny, así como de los dragones y dioses salvajes, Nefar perdió toda cordura y sentenció la Justicia Absoluta, llevando el juicio de su voluntad a todos los mortales.
Así fue como Kyl se aliaría con Kaher y Kammer, sus otros hermanos, y derrotarían tanto a Nefar, como a Diablo e Illión el Rey elemental de fuego, encerrándolos en el Hades de Kal con ayuda de Krasny Bel.
De Krasny no se volvería a saber.
Y los mortales prosperarían, bajos sus propias leyes y pecados, pero libres, hasta que Gar'Dal los sometió nuevamente con Noche Sangrienta.