—Caminamos a través de los jardines de flores tropicales, de la mano, y de vuelta a nuestra suite donde nuestros hijos nos esperaban.
—Hablamos en voz baja, pero con una seriedad que sugería que algo estaba pesando mucho en nuestras mentes. Había planeado un día entero para nosotros, pero sabía que el tirón de nuestros hijos era demasiado.
—Era el otro asunto el que me estaba pesando mucho. Pero estaba decidido a enfrentarlo de frente, unidos como un equipo, de la manera en que ella siempre había estado con mis asuntos. Necesitaba apoyar a Shelby como ella siempre me había apoyado.
—Entramos a los hermosos sonidos de la risa de los gemelos. No pude evitar sonreír al verlos. Se veían tan despreocupados y felices, ajenos al peso de nuestras preocupaciones.
—Eso se rompió rápidamente cuando Shelby no perdió tiempo en compartir las perturbadoras noticias con nuestros amigos.
—Su voz estaba teñida de preocupación mientras explicaba la situación.