En el bosque, en medio de relámpagos y lluvia.
El grupo fugitivo del Clan Luna Rota estaba empapado por la lluvia torrencial, pero no mostraba señales de infelicidad. De hecho, estaban llenos de alegría y sorpresa.
Cuando el maestro del Reino del Espíritu Verdadero había descendido, temieron que estuvieran a punto de ser asesinados.
Sin embargo, sus muertes no ocurrieron, y todo fue gracias a ese joven.
La respiración de Bobby era rápida y pesada, y él inspeccionó tranquilamente el área alrededor de ellos. Aunque el grupo creía que era una especie de monstruo, estaban muy agradecidos y llenos de respeto por él.
—Vamos —dijo Bobby suavemente, instándolos a seguir mientras él lideraba el camino al frente.
Todo el grupo continuó corriendo bajo el mando de Bobby, y aunque estaba debilitado, la velocidad a la que viajaba no era lenta.
Un día y una noche pasaron, pero Bobby continuó sin descanso, empujando al grupo implacablemente.