Liu Zhong miró hacia el origen del ruido, y al siguiente momento, quedó estupefacto en silencio.
En la entrada del hotel, un gran contingente de oficiales de policía entró en tropel.
En el centro se encontraba Bao Guoqiang, el alcalde de Ciudad Wu, con el Jefe de Policía Zhang Chao a su lado. Entre ellos estaba un hombre de mediana edad con cabello plateado y una joven excepcionalmente hermosa.
Ese hombre era ni más ni menos que Qin Dingbang, el empresario más rico de la ciudad provincial, acompañado de su hija, Qin Lan.
Al mismo tiempo, un gran grupo de personas descendía de las escaleras.
Lv Fang los lideraba.
Todos se acercaron juntos y su mera presencia casi aterrorizó a Liu Zhong.
—Bao... ¡Alcalde Bao!
—¡Señor Qin!
—Ustedes... esto es toda una coincidencia, no esperaba verlos a todos aquí —Liu Zhong saludó apresuradamente a todos con una cortesía fingida.