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—Santa Di Anfu estaba desesperada, y en ese momento, no fue el omnipotente Dios quien vino a su mente sino la sonrisa de Ling Feng.
—¡Sálvame, Ling Feng, sálvame! —murmuró Santa Di Anfu con los ojos cerrados.
Con un bang, un ruido fuerte estalló, y Les no se abalanzó sobre Santa Di Anfu.
—Santa Di Anfu abrió los ojos confundida y vio una figura familiar frente a ella.
—¡Como protagonista, tienes que aparecer justo a tiempo para el clímax! —dijo entre risas Ling Feng con su máscara de hierro puesta—. Santo Niño Oscuro Malvado, ¿cómo te atreves a molestar a nuestra encantadora y hermosa Su Santidad la Santa? Como Guardián de la Santa, ¡estoy aquí para representar la luz, para representar la justicia y aniquilarte!
—¡La escena cayó en silencio!
—¡No solo Les y Kevin, hasta el rostro de Santa Di Anfu se sintió un poco caliente!
Aunque estaba encantada con la llegada de Ling Feng, ¡su actuación exageradamente dramática la estaba haciendo sentir extremadamente avergonzada!