—¿M. M. D.? —repitió Lucien mientras él, Caleb y Addy entraban al ascensor. Los dos hombres se situaron detrás de ella mientras ella revisaba algo en su teléfono celular.
—¿Qué tal si te dejo entrar en un pequeño secreto? —sonrió Caleb mientras ponía su mano derecha sobre el hombro de Lucien y le daba un toque en la mejilla. Aún hablando en voz baja para que nadie pudiera oír, le susurró al otro hombre al oído—. Si hay una 'M' en la sigla, probablemente Addy sea la dueña de la empresa.
Lucien parpadeó frenéticamente ante esa nueva información. Había muchas empresas que usaban solo letras para representarlas... y más de la mitad tenían una 'M' en ellas.
—¿Cómo se siente, al saber que ya no es el hombre más rico del salón después de todo? —continuó Caleb, la sonrisa en su rostro haciéndose más y más grande.