—El cuerpo de Rain respondió instintivamente al toque de Alejandro, una ola de calor recorriéndola. Se estremeció, pero no de frío; era la anticipación, el anhelo de más. Sin darse cuenta, rodeó con sus brazos el cuello de Alejandro, acercándose más, mostrándole sin palabras su completa entrega.
—Sus labios exploraron su piel febril, jugueteando con cada lamida y suave succión. Sintió sus fuertes brazos levantarla sin esfuerzo, colocándola en la mesa central de su vestidor. La superficie fría debajo de ella contrastaba con el ardiente calor entre ellos.
—Sus manos encontraron sus pechos, amasándolos suavemente, mientras sus labios seguían un camino pausado sobre su cuerpo, dejando un rastro de fuego a su paso.