—¡Está demasiado ocupado con su fiesta de compromiso, no creo que tenga tiempo ni siquiera para notar nuestra presencia! —sabía que su tío siempre los veía como seres insignificantes.
Ellos no estaban relacionados como los otros miembros de la Familia Huo que habían sido adoptados, pero habían retenido el apellido Huo.
Cuando ella escuchaba a la gente hablar sobre compromisos, se le hervía la sangre y ¡no podía esperar para ver quién era esa mujer! Huo Shen debía ser suyo, ella era la que valía la pena para él.
Ella apretó las manos en puños fuertes mientras Huo Yan se daba la vuelta para mirar su rostro contorsionado.
—¿Qué te pasó? ¿Te sientes mal? ¿Deberíamos irnos a casa? —preguntó con preocupación mientras la ayudaba a llegar hasta el asiento vacío que estaba colocado en la esquina.
—No, estoy bien... —murmuró ella roncamente cerrando los ojos. Nadie debía conocer sus fantasías.
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