—¿Qué? —Heimo estaba claramente en pánico. Ni siquiera se percató de la súplica de Luqiu Hong pidiéndole al Tío Luqiu que se quedara, ni del hecho de que iba a perder a su figura paterna, por segunda vez. En su lugar, se aferró a las mangas de Lu Yizhou tan fuertemente que se estaba volviendo incierto quién se apoyaba en quién, mirándolo hacia arriba con una mirada tan temerosa pero esperanzada que partió el corazón de Lu Yizhou en pedazos. —¿Qué... De qué está hablando el Tío Luqiu, Lu Yizhou? No puede estar hablando de ti, ¿verdad...?
Lu Yizhou cerró los ojos y suspiró. «¿Cuánto tiempo me queda?»
«666: Te quedan aproximadamente seis meses en este mundo, Anfitrión, si quieres... quedarte con él.»