Capítulo 1: Prologo
El sol todavía no anunciaba su llegada, sin embargo, una lechuza de hermosas plumas grises con motas negras, voló relativa con calma por el cielo nocturno.
Sobrevolaba un vasto bosque, templado como cualquier bosque en gran bretaña, sin embargo, se sentía de alguna manera como una ilusión que no cualquiera vería.
Había pasado por una barrera.
Al entrar De un momento a otro, la lechuza comenzó a descender y desapareció de la vista común.
en ella, una gran mansión hizo acto de presencia, casi parecía un castillo ya que una parte se elevaba como una torre, a la cual, la lechuza se dirigió con tranquilidad, después de todo, era una veterana en su trabajo.
Aterrizo en el reposo donde vio a tres lechuzas que habían estado dormitando antes de su llegada.
Un chasquido crujió frente a ella, ni un poco sorprendida, si fuera humana tendría la expresión de impaciencia.
Un pequeño ser, del tamaño de un niño de cuatro años, con piel rosa grisácea, orejas largas, puntiagudas y caídas apareció.
Él ser la miró con sus ojos saltones y del tamaño de una pelota de pingpong, ella estiró la pata con indiferencia.
ahí, una carta con un sobre sellado con cera roja y un emblema muy conocido por la comunidad mágica, se encontraba.
El pequeño ser se acercó para tratar de quitarle el sobre, pero fue picoteado por el búho a modo de recordarle que no le había dado su recompensa.
Un poco gruñón por ser picoteado, chasqueo los dedos y un par de tiras de tocino aparecieron frente al búho, el cual lo tomo gustosamente.
Con un suspiro de exasperación y un par de murmullos sobre aves arrogantes, el ser finalmente quito el sobre de la pata del ave y desapareció tal y como apareció.
Con un chasquido.
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En otra parte, una lujosa habitación sin calefacción, una persona dormía profundamente enterrado entre cobijas gruesas.
Un par de chasquidos perturbaron la tranquilidad de la habitación, aun así, el ocupante no fue despierto, se necesitaba algo más que eso para lograr hacer que tan siquiera se moviera de su cómoda cama.
Pero, de un momento a otro, todas las cobijas le fueron quitadas de encima, dejándole a la intemperie de la habitación con solo un pijama ligero.
Incomodó ante la sensación de frialdad, comenzó a dar unas pequeñas vueltas aún durmiendo, pero comenzó a sentir como el lugar temblaba.
Poco a poco fue abriendo los ojos para descubrir que le perturbaba el sueño, al hacerlo se topó con las miradas ligeramente vacilantes de dos pequeños seres.
Con un bostezo, se sentó en la cama y se estiro relajando su ligeramente tieso cuerpo.
"Buenos días, Tommy, Berry" – saludo con todo agotado antes de pararse y tocar la fría alfombra, la sensación le despertó un poco, pero no le detuvo y continúo caminando hasta el baño de su habitación.
Ahí se acercó a la tina grande de porcelana blanca que ya le esperaba con agua tibia para darse un baño mañanero.
Tardo unos quince minutos en prepararse para el día, salió de la habitación del baño y se dirigió a su armario donde ya tenía preparado un conjunto de ropa para ese día.
Con agilidad y práctica, se vistió adecuadamente. En la mañana siempre utilizaba un conjunto deportivo encantado con fuinjutsu (Runas japonesas) para aumentar la gravedad y presión sobre el usuario de forma uniforme sobre el cuerpo.
Actualmente cargaba 3 veces su propio peso y sentía como si estuviera caminando debajo de la arena.
El mismo había logrado descifrar como hacerlo tres años antes y lo seguía utilizando con propósitos de entrenamiento.
Ajusto su cuerpo al peso cargado y se sintió todavía un poco ligero, tendría que agregar más peso dentro de poco.
Salió de su cuarto, los seres pequeños ya habían desaparecido después de que se bañó, dejando la habitación bien ordenada. Camino por el oscuro pasillo fuera de su cuarto, el techo se iluminaba con pequeñas motas de luz amarilla que se movía.
Del techo, una de esas débiles luces descendió hasta queda en su hombro.
Dentro se podía observar el contorno de una forma humanoide de vida de alrededor de unos 15 cm. Sus alas parecían las de una libélula, su cabeza inquietantemente humana tenía cabello rosado, contaba con un par de ojos completamente negros sin pupila y vestía un conjunto de ropa sencilla de tela verde de dos piezas.
La pequeña hada comenzó a hablar como si tuviera un subidón de azúcar en un chillido inentendible.
Pero el aun parecía entenderlo ya que, un par de veces, respondió a la pequeña hada con facilidad.
Así llegaron las escaleras pares llegara a la planta baja en poco tiempo y el continuo su camino hablando con la pequeña hada.
Tardo unos minutos y finalmente llego hasta la entrada del sótano localizada a un lado de la cocina. Paso su mano por cuatro puntos especifico en un patrón específico y la puerta se abrió permitiendo ver unas largas escaleras descendentes en forma de caracol que comenzó a bajar con calma.
La luz suave del hada le ayudaba a ver el camino que rápidamente se transformó en un corredor lleno de trampas por las cuales paso sin problemas, casi como si se tratara de un paseo ensayado miles de veces.
Al final de las escaleras un par de puestas dobles se encontraban cerrando el paso y no existía forma física o mágica para abrirla. En el medio tenía una ranura donde el sello de un anillo entraría con facilidad.
Acercando el brazo derecho, un anillo de plata con runas inentendibles inscritas y una joya heptagonal de un color azul resplandeciente que tenía grabada una W blanca en el centro.
La puerta se abrió con un ligero resplandor.
Al otro lado, cuatro puertas colocadas una al lado de la otra, se encontraban cerradas y en cada puerta se podía leer su propósito.
La puerta primera puerta desde izquierda tenía en letras doradas "Biblioteca", la siguiente con letras plateadas "Área de Entrenamiento", la tercera puerta con letras verdes "Laboratorio", y la última puerta tenía "Tesorería" en letras negras.
Se dirigió a la puerta de la biblioteca, camino por un pequeño pasillo alumbrado con diversas antorchas hasta que llego a una zona llena de estanterías enormes repletas de libros que parecían no tener final, pues la habitación se extendía varios metros hacia arriba.
En medio de la habitación, un par de mesas de lectura bien iluminadas y un sillón le esperaban para su comodidad, antes de sentarse, se dirigió a buscar su lectura del día.
El día anterior había estado estudiando sobre alquimia y la creación de artefactos con partes de criaturas mágicas. Ya había dominado las materias básicas (Transfiguración, Encantamientos, Astronomía, Pociones, Herbología, Historia mundial de la magia, Aritmancia, Runas antiguas y no tan antiguas, Combate mágico, Etiqueta noble, duelo formal, Caza de criaturas mágicas). Tenia una maestría certificada en cada una de ellas
Actualmente había comenzado a estudiar cosas avanzadas como la alquimia, diversas runas orientales y rituales mágicos africanos.
De hecho, su conjunto de ropa era un prototipo con runas japonesas (Fuinjutsu).
un poco pensativo, decidió continuar donde había dejado el libro de rituales africanos y un poco de geografía mágica.
Tras decidirse, se acercó a la estantería y busco tres libros: "Rituales Antiguos del sureste africano" "Líneas Ley: red mágica del mundo" y "Mazmorras mágicas"
El primero lo había dejado de leer hasta la mitad el día anterior, así que lo terminaría de leer hoy. Los otros dos eran relativamente nuevos (la biblioteca se repone cada década de nuevos libros) y serian su guía en el momento en que comenzara su viaje por este mundo lleno de maravillas.
*chasquido*
Repentinamente, su silencioso momento de reflexión fue interrumpido por la llegada del pequeño ser que le quito la carta al búho.
"Buenos días joven amo, ha llegado una carta a nombre suyo"
"Buenos días, Chuck, gracias por traerla… que tontos son los magos al no tratar bien a los elfos" – tras agarrar la carta, despidió al elfo el cual se veía alegre por su simple saludo. Murmuro un con un poco de exasperación acercar de la estupidez de los magos al no saber que un elfo domestico es más que solo un sirviente.
Sacudió la cabeza ante sus pensamientos, llevando los libros consigo, se acercó al sillón de aspecto cómodo, dejo los libros en una de las mesas y se sentó.
La carta estaba en sus manos.
La observo por un momento antes de volver a reflexionar.
Había esperado ese momento desde que había nacido, literalmente.
Él no era exactamente como el resto de niños ansiosos por esperar su carta de admisión en Hogwarts, academia de magia y hechicería. No, él era un reencarnado.
Conocía la mayoría de sucesos que ocurrirían en ese universo, o al menos en el canon.
Sabía que su misma existencia había cambiado muchas cosas, siendo una de ella que Albus muchos nombres Dumbledore es un verdadero bastardo maestro del ajedrez oculto entre las sombras a diferencia del canon, otra es que los Wesley son buscadores de oro y, por último, las reliquias de la muerte pertenecían a Harry Potter ya que él es el último descendiente directo de la extinta casa de Perevell, así como su heredero primario.
Así como otros cambios pequeños ocurrieron, uno es que Nymphadora Tonks era un año menor que en el universo original, por otro lugar Pandora Lovegood no murió durante el accidente en su laboratorio, aunque esto último había sido por su participación directa.
Y la existencia de la familia White, ya que al menos con su conocimiento regular sobre la franquicia de Harry Potter, no se mencionaba mucho a las familias nobles o se daba una explicación concreta respecto a ello.
De hecho, la mayoría de su conocimiento político venia de fanfic's de dicha saga, no es que se la tomara como verdadera información, pero le sirvió como una guía mientras se desenvolvía en el medio.
Dejando esos recuerdos de lado, comenzó pensar en los diversos planes que se pondrían en marcha al tener dicha carta en sus manos.
Años de planificación, recolección de información, creación de contactos y formación alianzas comenzarían a ver sus resultados.
*suspiro*
"Esto ciertamente será divertido" – con una sonrisa ansiosa por lo que estaba por venir.
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No abrió la carta enseguida, lo dejo para el desayuno, así que procedió a iniciar con su lectura matutina diaria.
Pasaron 30 minutos en las que leyó el primer libro, lo leyó dos veces antes de dejarlo en la mesa junto a los demás y se relajó contra su asiento haciendo uso de su oclumancia.
Había aprendido la habilidad desde que pudo razonar, tenía una base sólida acerca de cómo funcionaba por lo que decidió invertir tiempo en eso y dio sus frutos. La oclumancia era algo subestimado por los ingenuos magos, no la sabían explotar en todo su potencial, de ser así, Albus Dumbledore no sería más que un mago ligeramente más poderoso que el promedio… claro, eso quitando la varita de sauco y posiblemente los rituales que utilizo durante su juventud.
A lo que se refería con subestimada, se debía que siendo un experto en el arte podría controlar su mente de una gran manera permitiéndole utilizarla de una manera similar a una computadora, aunque la mayoría la utilizaba para un mayor manejo de sus emociones u organizar la información de forma increíble, no aprendieron nada más allá de eso.
Bueno, una de las razones podría ser que solo los nobles o sangre pura conocían dicho arte, con raras excepciones claro, y nunca indagaron en la imaginación muggle o sus conocimientos, por lo tanto, se quedaron estancados en lo básico en vez de ver que, gracias a la oclumancia, podrían aumentar su velocidad de obtención de memoria muscular, aumento de velocidad de comprensión, capacidad deductiva y, sobre todo, la retención de sensaciones.
esta última siendo la más especial de las habilidades, ya que, con cierto esfuerzo, uno podría desarrollar una de las más míticas habilidades (al menos para los magos): la magia sin varita.
Lo mismo es cierto para su contraparte en el desarrollo de útiles habilidades, la Legeremencia, pero esa es otra historia.
Utilizando la habilidad de la oclumancia había creado su mundo mental con todo su conocimiento. Se dividía en varias capas de seguridad y estaba completamente seguro que cualquier que se metiera en su mente volvería loco o moriría de estrés dentro de ese lugar lo que derivaría en un coma profundo o muerte cerebral en casos extremos.
Uno de esos niveles era en donde tenía su biblioteca mental de todos los conocimientos obtenidos desde que nació o, mejor dicho, de esa vida. Prefirió separar sus vidas, tanto por seguridad como por precaución, para evitar que quien entre y logre cruzar sus barreras (aun con la mínima posibilidad de que eso ocurra) no pueda ver mis metaconocimientos y así evitar una catástrofe.
Bueno, regresando al tema, todo lo que leyó del libro lo guarda dentro de la biblioteca y es conectado de forma permanente a su memoria de largo y corto plazo en su inconsciente, así cuando necesite la información de forma activa o pasiva esta se prestara de forma rápida y sencilla, esto a su vez le permite relacionarla con información de otros libros y tener una buena base para sus experimentos o estudios.
Repitió el proceso con los otros dos libros.
Habían pasado dos horas desde que comenzó antes de que se volviera a parar, salió de la biblioteca tras dejar los libros en su lugar y se dirigió al área de entrenamiento.
El lugar era solo una gran habitación vacía y en la pared al lado de la puerta se encontraba una especie de calendario maya solo que con runas y estas configuraban el espacio dentro la habitación.
El lugar en si utilizaba un sistema que fácilmente podría recordar a la luz dura de las historias de ciencia ficción, solo que basado en un complejo sistema rúnico.
Tenía diversos tipos de configuraciones para todo tipo de situaciones, desde las más básicas como prácticas de duelo, hasta simulaciones de asesinato furtivo. Con el pasar de las generaciones el lugar había sido actualizado por cada Lord White que pasaba, así dándole sus propias configuraciones y simulaciones.
De hecho, una de las primeras configuraciones establecidas, fue la de [memina anima] la cual permite grabar en cuatro dimensiones lo que sucede dentro, aunque solo existen alrededor de 10 grabaciones todas contienen hechizos y conocimientos que fueron perdidos o prohibidos.
Una de sus configuraciones favoritas era la de guerra de guerrillas donde él junto con varios 'hologramas' se enfrentarían contra diversas hordas de enemigos de diversas razas… aunque hay una específicamente para duendes y puede estar completamente de acuerdo con los historiadores acerca de su insaciable sed de batalla.
Sin embargo, la que utiliza mayormente era la primera configuración la verdadera configuración de entrenamiento de la sala 'el vacío mágico', la sala literalmente se vaciaba de magia siendo esta absorbida por las paredes dejando solo el mínimo necesario para que pudiera sobrevivir en caso de vaciar sus reservas.
Luego de eso comenzaba su entrenamiento físico, corrió alrededor de la habitación diez veces antes de comenzar a hacer lagartijas, sentadillas, abdominales, etc.
Así pasaron tres horas.
REFLEXIONES DE LOS CREADORES 
The_Pale
The_Pale este es solo un borrador, asi que no es para ilusionarse, habar muchos errores gramaticales o de trama, lo correrigire con el tiempo.
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