En un barrio algo silencioso.
El sonido único de lass personas caminando por aquí y por allá sonaban con detenimiento mientras pisaban el suelo cubierto de nieve blanca espesa.
Las casas viejas de el siglo 19 e inicios del siglo 20 se veían dispersas por todas partes.
Las lámparas amarillentas comenzaban a apagarse y la luz del sol comenzaba a llegar atravez de las nubes grises que cubrían la ahora en recuperación ciudad de berlín.
En ese momento, frente a la casa de dos pisos, del lado contrario a la calle, un hombre de mediana edad charlaba con una mujer que parecía ser una ama de casa común y corriente.
[Entonces, dijiste que varias personas entraron hace una hora pero no se ha escuchado ningún sonido de ahí dentro?]
Preguntó el Hombre.
Cabello rubio y ojos grises, bastante alto, casi los 195 cm, aunque delgado y extremidades largas que lo hacían ver como un poste de luz.
Vestía ropa de civíl estándar, conbinado con una chaqueta café que le llegaba hasta las piernas y una pipa vieja que colgaba de su boca mientras hablaba.
[Si, lo prometo, normalmente Miles saldría, pero creo que ayer se metió con esas mujerzuelas, trajo una ayer y parecía borracho, pero ella no ha salído tampoco.
No se lo que pasó, pero no creo que sea una pelea o algo similar, ya sabes que si hubiera algo que pudiera pasarle, lo primero que hace Miles es gritar como un cerdo]
La mujer contó todo lo que sabía mientras que el hombre asentía y escuchaba con cuidado lo que decía.
Tras la mujer haber terminado, el hombre preguntó.
[¿Algo mas?]
La mujer pensó un poco, rascándose la cabeza, la caspa calló de su cabello seco y se enterró en sus uñas sucias.
Ella pensó y negó con la cabeza.
[No, entraron 5 personas, 4 hombres y una mujer, pero esto es todo lo que vi]
El hombre asintió y sacó de su bolsillo un par de billetes.
5 dolares, los cuales se los dio a la mujer.
[Mhm, bien, sigue vijilando a Miles, y no hagas nada raro, ahora vete]
Dijo el hombre, ante esto, la mujer se enrrolló el los billetes en su manga y asintió mientras se daba la vuelta y se metía a su casa apresuradamente.
Mirando como cerraban la puerta, Lamton se dio media vuelta mientras caminaba hacia su auto.
Este era un auto viejo de estílo clásico, claro, ahora era un estílo común, el auto era negro, y la alta figura se sentaba como si el auto fuera un juguete al tener que tener las rodillas casi al nivel del pecho cada vez que subía al auto.
Encendiendo el carro con el tablero de madera, el motór hizo unos sonidos de *chaca, chaca* y con una exploción en el escápe y una nube de humo negro, el auto se movió para conducír hacia una esquina oculta en la calle.
Lamton detuvo el auto en un callejón mientras acomodaba un espejo retrovisor para ajustarse hacia la puerta de la casa de Miles.
El era un trabajador del bar donde trabajaba Miles.
Este era un bar común, bendiendo alcohol y dejando cuartos para la entrada de prostitutas, aveces bendiendo drogas y demás contenido, sin embargo, desde que ocurrio la guerra, el bar tuvo que resibír a muy poca clientela, apenas arreglándoselas con las drogas, los hombres se fueron y las putas no podian venderse, por lo que el trabajo fue muy malo durante ese tiempo.
Por suerte, el bar no era solo un trabajo de un bar común.
El asunto principal era que había una pequeña organización perteneciente a un hombre rico que tenía varios bares en varias ciudades de alemania.
Su grupo era escencialmente un grupo criminal, pero se mantuvo en pie gracias a que aunque el negocio usaba drogas, armas y asesinatos, se mantenían almenos un poco callados y ocultos, sin causar muchos problemas, sobre todo, no se metían con personas importantes, solo asesinando a personas sin mucho valor.
Pero la organización no se trataba solo de inteligencia y asesinato.
Era mas como una organización a gran escala que dominaba muchas cosas, podían asesinar, tenían fuentes de donde conseguír armas, municiones, venenos y las conecciones de el dueño de la empresa lo hacían ser reconocido en la clase alta al poder mover a algunas buenas prostitutas.
Lamton se sintió orgullozo de solo pensar en esto.
Los bares eran varios, almenos 4 en cada ciudad de alemania, y los asesinos eran casi 100, el siendo uno de ellos, la inteligencia benía de todas partes, con casi mil personas que no eran parte de la organización que el jefe llamo mercenarios, pero daban informacion acambio de dinero.
Se decía que el jefe tenía almenos un laboratorio secreto donde creaba venenos potentes, y hasta conecciones con traficantes de armas influyentes.
Eran todo poderosos.
Así lo creía lamton.
Pero claro, como toda organización, siempre debían tener cuidado de si mismos.
Almenos, el jefe siempre mandaba a gente a vigilar a laspersonas que trabajaban para el, y si había algo raro, pronto alguien saldría a verificar que hacía esa persona.
Este caso era así.
Miles era un traficante de inteligencia e intermediario que trabajaba para su jefe, el penso que era uno de los poderosos y tenía la confiansa de su jefe, pero no lo sabía, Lamton eran los ojos puestos en Miles para verificar irregularidades.
Su trabajo es simplemente vigilar a Miles, ya sea sobornando a vecinos y amas de casa, simplemente aprende que es lo que hace todo el tiempo.
Y esta mañana faltó a trabajar en el bar.
Una irregularidad tan grande hizo que Lamton sospechara de inmediato y pronto llegó a este lugar.
Ahora sabía que 5 personas habían entrado en casa de Miles.
No sonaron voces altas, disputas, pelea, ni nada de eso, en su lugar, pareció que ambos lados se conocían y eran conocidos, manteniendo una charla en voz baja ahí dentro.
Personas que el nunca había visto.
Esto hizo sospechar mas a Lamton, pensaba que una conspiración se andaba por aquí, y el iba a saberlo.
Solo tenía que esperar.
...
...
...
Victor frunció el ceño mientras cubría la cara de miles con un trapo y chorreaba agua en ella.
Este tipo se retorció al no poder respirar e intentaba moverse y agitar sus manos, pero con varios chicos sosteniéndolo, no podía hacer nada mas que patalear.
Contando, parecía que era tiempo y Victor le quitó el trapo húmedo de la cara.
Cuando hizo esto, Miles tomó un gran sorbo de aire mientras tosía violentamente.
[*Tos, tos, tos*, ¡Ya te dije todo!, carajo, mi jefe es el señor Halbach, está en su mansion ahora seguramente]
Ante el tipo que jadeaba y gritaba,, victor asintió, pero frunció el ceño.
[¿Enserio solo es eso?]
Miles miró a Victor con cara estupefacta, ¿Cómo que sí era todo?, lo estuvieron torturando por casi una hora y ya le habían sacado hasta como era el amante que su madre trajo a casa el dia de navidad cuando era niño.
*Tos, tos*
[Si-si, yo, ya te dije todo.
La empresa tiene 100 asesinos, almenos 200 informantes como yo, y casi mil espías, un total de casi 100 bares en alemania, berlín, Markdeburgo, livsik, Munich, Franforc y otras mas. No se quien te mandó a matar, solo se qué el jefe es quien resibe las misiones]
Miles jadeo y se retorció.
Aún no entendía como era que había sido atrapado.
¿Cuando fue envenenado? Seguramente esa era la puta de Leila que se había despertado en algún momento pero que actuaba muy felizmente en el piso como si estuviera aun dormida.
Victor entrecerró los ojos de forma pensativa.
Había benido aquí en busca de información de su intento de asesinato, pero resultó que solamente era por meterce con Michael Krupp y venderle esa maquinaria.
No entendía porqué se había metido en tantos problemas por vender maquinaria, pero el asunto era así.
Ahora, quería saber quien era el que lo había mandado a matar, pero resultó que este tipo tampoco sabía y ahora lo estaban mandando a otro lugar.
Realmente, comenzaba a sentirse molesto.
Primero fue el tipo Alexander, no sabía nada y lo mandaron aquí, se tomó el tiempo de interrogar a Miles, pero tampoco sabía nada y lo mandaban con otro tipo mas alto.
Victor juró, si resulta que ese tipo llamado Halback le dice que tiene otro jefe encima de el, entonces no le importaría matar a cada persona de esta supuesta organización mercenaria.
Al final, 100 asesinos y 200 informantes, ¿Que clase de supuesta organización es esta?, simplemente podía matarlos a todos el solo, y esos mil informantes, lo que resultó ser fue que daban algo de dinero por informacion valiosa, eso era todo.
Y los 100 Bares, claro, son 100 bares de los cuales, la mayoría son posilgas que benden alcohol añejo a precios baratos.
Esta supuesta organización resultó ser una mierda.
Y con 50 mil dolares esta cosa apestosa quería quitarle la vida.
Carajo, él ganaba mas que eso en un par de semanas en el mercado negro.
Victor quería matar a este bastardo que tenía enfrente, pero se aguantó.
No por nada no lo torturó con una rata.
En su lugar, mantuvo su cuerpo mayormente intacto, era solo que lo quería con vida para que el otro lado no notara nada extraño y se alborotara si quería hacer un movimiento sigiloso.
Estándo de mal humor, caminó en la sala pequeña de la habitación.
Miles miró esto con confución.
Estaba sentado en una silla de forma forzosa, dos hombres jovenes sostenían sus hombros, otro vigilaba la puerta y una mujer vigilaba a leila.
En su casa pequeña esto ya parecía algo atiborrado de gente,y apretado.
El jadeaba con fuerza, pero nunca dejó de buscar una forma de salír, una lástima, nunca logró encontrar una sola.
Se había rendído, le sacaron toda la información y sentía que estaba condenado, su cabeza ya estaba en una pica, y una bala estaba con su nombre.
Conocía a su jefe, era despiadado, almenos, tenía casi 50 guardias en su manción todo el tiempo, 25 por la mañana y 25 por la noche, alternándose todo el tiempo y sin dejar rastros de acción para dejar que otros lo ataquen.
No soportaba las traiciones, y los que lo hacían, solo resultaba en convertirse como la comida de un perro o un lobo en el bosque.
Sentía que este grupo de 5 personas no tenían oportunidad y seguro morirían, y como el dijo todo, seguro que moriría tambien.
Para ese momento, se sentía desesperado.
Solo se preguntaba.
Si había estado gritando por mas de una hora, ¿Porqué nadie lo escuchó por fuera?
*clap*chasquido*
En ese momento, Victor que había estado actuando molesto, tuvo una idea.
Todo el tiempo había estado pensando en esta pequeña organización y las personas que estaban detrás de su intento de asesinato.
Claro, era molesto que quieran matarte sin razón, pero una vez que calmó su estado de mente, supo mas o menos lo que pasaba.
Esto solo parecía una trama de enfrentamiento familiar.
Lo que habia dicho Miles fue que el otro lado les pidió solamente que interfirieran con Michael Krupp, no con la compañía, y evitar que este controlara la compañía con éxito.
¿Quien querría molestar a Michael Krupp pero no molestar a la compañía Krupp?
Solo sería alguien de la misma compañía que tuviera almenos sus intereses en esta.
Victor sabía de esta información.
El anterior jefe de la compañía, Gustav krupp, tenía un hijo adoptivo, Friedrich krupp, un tipo conocido por su opulencia, derrochamiento, y gustos lujosos así como arrogancia, un hijo mimado en pocas palabras. Como participó en los asuntos nazis, lo arrestaron nada mas acabar la guerra, luego sacaron a un primo lejano, Michael Krupp, como títere para reemplasar a Friedrich, era solo esto.
Claro, era una suposición, pero una vez que quitas todas las otras cosas, la solucion mas simple siempre es la correcta.
Sin embargo, victor no se sintió mas cómodo por averiguar lo que podría haber sido la verdad.
Eso significaría que inexplicablemente se metió en una pelea de poder y el otro lado lo tomó como un daño colaterál para molestar a alguien mas.
¿Porqué se sentía mas insultante que el hecho de que tu cabeza vale lo que ganas en medio mes?
Victor lo confirmó, tenía que matar a Friedrich Krupp.
Pero antes.
Mirando a Miles, pensó.
¿Que no quería expandír su negocio?
Aquí parecían haber un montón de posibles trabajadores gratis para el mismo.
Siempre se preguntó como sería controlar una organización asesina, y parecía que era el momento de dejar ser solo mercaderes de un pequeño mercado negro alimenticio.
Victor pensó un poco mas, y finalmente desidió controlar esta empresa.
Ya llegamos al capítulo 90, chicos, celebremos con esas lindas piedras que tienen escondidas por ahí.
Vamos, dóna, dona, dona, dona.
Y de paso comenta algo lindo.