—¡Genial! No tengo nada de sueño, mamá, ¿qué quieres mostrarme? —preguntó.
Su Yang soltó una risita.
—Lo sabrás cuando lleguemos allí.
Pronto, Wenyan fue llevada al estudio de Su Yang.
En esta casa, Shen Yuan, Su Yang y Shen Jingxiu cada uno tenía su estudio para manejar asuntos oficiales o realizar trabajos de diseño, cada uno con su propio espacio, sin interferir entre ellos.
El estudio de Su Yang estaba lleno de todo tipo de ropa, bolsos y joyas.
Dado que estos artículos eran bastante valiosos, su estudio solía estar cerrado con llave, y el ocupante original de este cuerpo rara vez había estado dentro.
Para Wenyan, esta era la primera vez que entraba.
No pudo evitar deslumbrarse con el lujo que encontraba a su vista, como si entrara en una sala de exposición de lujo exquisita.
Sin embargo, trató de contenerse y no parecer demasiado sorprendida.