Después de esa intensa primera experiencia en la torre, el miedo y la emoción se mezclaban en el aire. La mayoría de las personas, tras haber vivido los horrores del primer piso, comenzaron a considerar sus opciones. Habían enfrentado a criaturas que no se podían derribar con armas convencionales, y aunque muchos lograron sobrevivir, quedaba claro que no estaban preparados para los desafíos más altos.
Los grupos que aún permanecían en la zona segura miraban sus espadas de grado E, las pociones y los núcleos energéticos que habían recolectado. Algunos discutían sobre los tesoros que aún podrían encontrarse en los pisos superiores, pero para la mayoría, la prudencia prevaleció. Sabían que, sin una preparación adecuada, continuar sería un suicidio.
Carlos, que ya había estado investigando los métodos de cultivo y calculando su próxima jugada, vio cómo los aventureros comenzaban a dispersarse. El sistema les ofrecía la opción de teletransportarse de regreso a sus respectivos países desdela torre. Para muchos, era una oportunidad invaluable para recuperarse, fortalecerse y volver con una nueva estrategia.
Uno a uno, los aventureros comenzaron a aceptar la opción de salir de la torre. Carlos, al igual que muchos otros, fue teletransportado de vuelta a su país. En cuestión de segundos, se encontró nuevamente en su ciudad natal, la cual ya estaba cambiada por completo. El caos de las teorías y la confusión aún envolvía al mundo, pero ahora él y los demás tenían algo que las masas no: experiencia en la torre.
En los medios, no tardaron en aparecer los testimonios de aquellos que habían entrado. Imágenes y videos del sistema comenzaron a circular, mostrando cómo podían comprar objetos, mejorar su equipo, e incluso enfrentarse a los desafíos dentro de la torre. Los presidentes y los líderes de cada nación organizaron ruedas de prensa, pero no lograron ofrecer más respuestas de las que ya se conocían.
Carlos, mientras tanto, estaba pensando en su próximo movimiento. El primer piso había sido una advertencia. Sabía que, aunque había sobrevivido, no podía permitirse seguir siendo débil. Los núcleos energéticos que había recolectado podrían darle una pequeña ventaja si los usaba sabiamente. Comprar espadas más fuertes, armaduras o incluso mejorar su capacidad de cultivo era esencial.
Pero ahora no era momento de arriesgarse. Mientras más aventureros salían de la torre, se reagrupaban en sus países. Nuevas
facciones y alianzas comenzaban a formarse, y cada nación, grupo e individuo se preparaba para lo inevitable: el retorno a la torre.
"Lo hemos visto, sabemos lo que hay que hacer", pensó Carlos. Ahora es cuestión de estar mejor preparado.
Al día siguiente de la incursión a la torre, la atención mundial se centró en la gran reunión en la Asamblea de las Naciones Unidas. Los líderes de todas las naciones se congregaron en una sesión extraordinaria para discutir el surgimiento del sistema de defensa de la Tierra y la misteriosa torre que había aparecido en medio del océano.
El presidente de Estados Unidos tomó la palabra primero, su rostro era serio mientras dirigía su mirada hacia los demás líderes presentes.
"Todos nosotros, como presidentes de nuestras respectivas naciones, estamos aquí porque entendemos la magnitud de lo que ha ocurrido," comenzó, su voz resonando en la sala. "Sabemos que el sistema de defensa de la Tierra no es un simple fenómeno. Con él ha venido la aparición de la torre y lo que ha revelado sobre nuestro mundo... sobre la energía espiritual o mágica como quieran decirle."
Hubo un murmullo en la sala. Aquellas palabras no fueron una sorpresa para algunos de los presentes, pero para otros líderes, era la confirmación de algo que sus gobiernos habían sospechado desde hacía mucho tiempo. El presidente hizo una pausa, observando cómo algunos intercambiaban miradas de reconocimiento.
"Lo que muchos de ustedes tal vez no sepan," continuó, "es que nuestros gobiernos no han estado completamente a oscuras. Tenemos nuestros propios equipos especializados en el estudio de la energía espiritual y hemos estado investigando ruinas antiguas durante años."
Los murmullos aumentaron en volumen, algunos líderes se inclinaron hacia adelante, mientras que otros permanecieron estoicos. El presidente de una de una pequeña nación habló.
"¿Cuántos de ustedes ya sabían sobre esto?", preguntó, dirigiendo la mirada hacia los presentes. "¿Cuántos de ustedes han oído hablar de las teorías sobre la energía espiritual antes de que el sistema de defensa de la Tierra se activara?"
El silencio cayó en la sala. Algunos de los líderes miraban hacia abajo, otros evitaban el contacto visual. Era evidente que más de un gobierno había estado ocultando información. Sin embargo, el repentino despertar de la energía espiritual y la activación del sistema había cambiado las reglas del juego.
El presidente de China levantó la mano, su expresión era sombría.
"Sabíamos algo," confesó. "En nuestras tierras se encontraron restos de lo que parecían ser antiguas civilizaciones que trabajaban con esta energía. Pero nunca imaginamos que sería de tal magnitud… que se convertiría en una amenaza global."
El presidente anfitrión asintió, agradecido por la honestidad. La reunión continuó con un aire de gravedad, mientras se exponían los datos que cada nación había recolectado sobre la energía espiritual, la torre y los posibles orígenes del sistema de defensa.
La torre y el sistema no eran simples artefactos. Ahora quedaba claro que había una historia oculta de la humanidad, una que solo algunos estaban empezando a descubrir. Pero lo que más inquietaba a todos en la sala era lo que eso significaba para el futuro. ¿Qué otros secretos se desvelarían con el tiempo? ¿Y qué harían los líderes mundiales para preparar a sus naciones frente a los desafíos que traía consigo la energía espiritual resurgida?
Mientras las conversaciones se intensificaban, un sentimiento común se apoderaba de la sala: el mundo estaba en el umbral de una nueva era, una donde el poder espiritual sería la clave para la supervivencia o la extinción.
El silencio en la sala de la Asamblea de las Naciones Unidas se hizo aún más pesado tras la pregunta que lanzó uno de los presidentes. Su voz reflejaba la preocupación que, seguramente, estaba presente en cada uno de los líderes allí reunidos.
"¿Qué debemos hacer?" repitió, su mirada recorriendo a los demás jefes de Estado. "Todos sabemos que esto se va a descontrolar. No solo estamos lidiando con la aparición de la torre y el sistema de defensa de la Tierra. Ahora surgen personas y organizaciones con poderes que antes no creíamos posibles. No todos tendrán buenas intenciones… y la ansia de poder será más fuerte que cualquier medida que podamos tomar."