Capítulo 7: Marina
Los chicos, apenas Guerra se retiró de Comet AR, se retiraron igual que él. Habían presenciado la muerte de una persona frente a sus ojos. Los chicos no mencionaron palabra alguna al respecto, pero Marina y sobre todo Nanami, se encontraban bastante afectados. Masato intentó comunicarse ese fin de semana con Nanami, pero ella siempre colgó sus llamadas. Se vio tentado a ingresar a Comet AR, pero no creyó que fuera prudente. Quizás la amenaza de Guerra sobre su cuello lo hacía sentir asustado.
Pero quería hablar con alguien más. ¿Takuma tal vez? Pero no sabía dónde vivía ni su número telefónico. Tal vez en Internet lo podría encontrar. Pero algo le decía que no debía hacerlo, que tal vez sería mejor esperar al lunes en la escuela para recapitular lo que estaba pasando.
Y así lo hizo, esperó al lunes para llegar a la escuela y hablar al respecto. Nanami no quiso hablar con Masato, se veía pálida y ojerosa, como si no hubiera dormido todo el fin de semana. Pero algo lo hizo sospechar que esto no estaba bien, algo que había hablado con Norio.
-¡Masato! -contestó Norio con toda euforia. -¿Qué les parece si probamos el entorno Comet AR sandbox?
-Oye, ¿no tienes miedo después de lo que pasó el sábado? -preguntó Masato tras ver que Norio actuaba con total naturalidad.
-¿El sábado? -preguntó Norio confundido. -El sábado no hubo nada, ¿o sí? Es decir, fuimos a Comet AR y solo desayunamos.
-¿No recuerdas lo que pasó con el Jinete de la Conquista?
-¿Jinete de la Conquista? -preguntó Norio. -No vimos a ningún Jinete de la Conquista. ¿Seguro no lo soñaste?
-¿No lo recuerdas? -preguntó de nuevo Masato. -Intentó atacarte y...
-¿Atacarme? ¿Seguro que no estabas viendo una película? Nada de eso pasó el sábado. En fin, tengo un cometa que armé el fin de semana y quisiera que lo probaras. ¿Nos vemos al terminar las clases?
Masato salió corriendo dejando a Norio con la palabra en la boca. Pero no se hablaron apenas reanudaron las clases, puesto que la última clase, la de Matemáticas, fue la más intrigante.
Apenas sonó la campana que indicaba el cambio de clase, una profesora entró, como si nada, como si hubiera sido la rutina de todos los días. Masato estaba extrañado que los chicos de su clase no reaccionaran de manera abrupta o murmurando al ver a la profesora que entraba. Masato nunca antes la había visto en su vida, pero pareciera que los otros chicos sí.
-Bien clase, pasaré la lista, cuando escuchen su nombre me entregan su tarea. -dijo la profesora cuando habló frente a la clase.
-Disculpe, profesora. -respondió Masato a punto de interrumpir a la profesora. -¿Y el profesor Tanaka?
-¿Profesor... Tanaka? -preguntó la profesora, al mismo tiempo que los demás alumnos, a excepción de Nanami, volteaban extrañados al escuchar la pregunta de Masato. –¿Quién es Tanaka?
-¡Koutarou Tanaka, nuestro profesor de Matemáticas! -se levantó Nanami preguntando por lo mismo.
-¿Se encuentran bien, señorita Uchida, señor Hasegawa? -preguntó de nuevo la profesora. -No hay ningún profesor con ese nombre en toda la escuela. En fin, comenzaré. ¡Arata!
Cuando Masato revisó su cuaderno, se dio cuenta de que había una anotación en ella. El nombre de la profesora que se encontraba ahí era Kana Suzuki. Él no tenía recuerdos de haber anotado dicho nombre en su cuaderno, del mismo modo que no recordaba haber apuntado los deberes que estaban en la última hoja.
¿Entonces dónde está el profesor Tanaka? -preguntó Nanami.
-Señorita, ¿se encuentra bien? -preguntó de nuevo la profesora. -¿Por qué no mejor van a la enfermería?
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Masato y Nanami fueron a la enfermería por recomendación de la profesora Suzuki. Pero la enfermera que atendía el dispensario no encontró que tuvieran alguna dolencia, fiebre o algún síntoma de enfermedad grave. Por lo que recomendó que descansaran un poco, ya que les diagnosticó una especie de estrés, así que los dejó solos a cada uno en una camilla, mientras ella realizaba papeleos en la dirección.
-No creo que sea por el estrés. -respondió Nanami. -Sí, ya sé que el Jinete de la Guerra mató a alguien y no he podido dormir todo el fin de semana, pero...
-No creo que sea casualidad. -le interrumpió Masato. -Pero lo que no entiendo es por qué nosotros todavía recordamos al profesor Tanaka mientras los demás no.
-Es probable que su huella haya sido borrada de la faz de la Tierra. -respondió Takuma asomándose por la puerta de la enfermería. -No es que haya sido olvidado, es que en este mundo nunca existió.
-¿Pero por qué lo recordamos? -preguntó Masato preocupado. -No puede ser posible que seamos tres personas que recordemos a una persona que nunca existió.
-Cuatro. -dijo Marina también asomándose a la enfermería. -¿Norio no recuerda nada?
-Dice que no sabe quién es el profesor Tanaka. -le dijo Nanami.
-Eso confirma mi teoría. -respondió Takuma.
-¿Qué teoría? -preguntó Marina.
-Es probable que la verdadera identidad del Jinete de la Conquista sea... el profesor Tanaka.
-¡Pero eso es imposible! -gritó Masato asustado.
-Hace tiempo comenté que habría al menos un Jinete en la escuela. Estoy seguro que es él. Y todo lo que está pasando alrededor de él lo confirma. Ayer revisé mi cuaderno de Matemáticas y me extrañó ver que en la portada aparecía el nombre de la profesora Kana Suzuki y no el de Koutarou Tanaka.
-¿A ti también te pasó?
-Sí. Eso significaría que, después de la muerte del Jinete de la Conquista, el mundo fue reescrito.
-¿A qué te refieres con reescrito? -preguntó Nanami. -¿Cómo se puede reescribir el mundo?
-Yo tampoco lo sé, pero si mi teoría es correcta, después de su muerte, el mundo fue reescrito de tal forma que suceda que el profesor Tanaka jamás existió.
-¿Pero por qué nosotros sí lo recordamos?
-Porque lo vimos morir. -respondió Marina. -Si Norio no lo recuerda es porque desapareció poco antes de su muerte. No había nadie más alrededor de nosotros, por eso solo nosotros tenemos recuerdo de que él existió.
-Debe ser horrible... -dijo Nanami. -Morir pensando que las personas que conociste nunca te conocieron... Es como...
-Como morir sin haber existido. -respondió Takuma.
-Tengo miedo, Masato... -dijo Nanami. -¿En qué nos hemos metido? El Jinete de la Guerra podría hacer lo mismo con nosotros. Yo... yo no puedo...
Apenas pudo contener el llanto Nanami, los chicos estaban reflexionando sobre lo que en realidad estaba sucediendo. Sus vidas pendían de un hilo por haber desafiado a los Jinetes del Apocalipsis. Masato intentó abrazarla, pero no se sentía con la responsabilidad como para hacerlo. Sentía lo mismo que su amiga, pero sabía en el fondo que ya no podía dar marcha atrás.
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-¿Cómo vas con el Sujeto 001?
-Bien, aunque el Jinete de la Conquista saboteó lo que estaba a punto de hacer. -respondió Norio.
Norio se encontraba en una de las computadoras del Club de Computación, parecía estar en una especie de videollamada con el Gran Jefe.
-Por eso lo mataste.
-Así es, muy profesor de Matemáticas y toda la cosa, pero era un verdadero inútil. Ya verá que en unos días tendré al Sujeto 001 en mis manos solo para usted.
-Más te vale.
La pantalla de la computadora se apagó, y una voz femenina hizo aparición.
-Entonces fuiste tú...
Norio alzó la mirada y encontró a Marina en la entrada del salón del club. Marina había escuchado toda la plática de Norio con el Gran Jefe y no podía creer nada de lo que había escuchado.
-Hola, Marina. -respondió Norio, como si nada hubiese pasado. -¿Cómo están los chicos?
-Deja de fingir. ¿Quién eres tú en realidad? ¿De verdad mataste al profesor Tanaka?
-Así que quieres saber lo que en realidad soy. -respondió de nuevo Norio, se levantó de su asiento y se acercó a Marina. -Soy el Jinete de la Guerra, aquel que será el terror de todo Comet AR junto con el Gran Jefe. A tu otra pregunta, sí, yo maté al profesor Tanaka.
-¡¿Por qué lo hiciste?!
-Era un inútil, se creía el mejor solo por ser un adulto, pero en realidad no sabía nada de nada. Arruinó los planes del Gran Jefe de obtener al Sujeto 001 y me arruinó mis planes, ya lo tenía frente a mí y decidió atacarme para sabotearme. No se lo iba a perdonar.
Marina no comprendía la tranquilidad con la que Norio le hablaba de todo lo que había hecho. Era como si un sujeto sin remordimientos le hablara. Se notaba la felicidad en el rostro de Norio, una felicidad que no era sana.
-¿Tanaka era el Jinete de la Conquista?
-Sí, y está muerto. Debe ser una muerte horrenda el saber que solo los que te vieron morir te recordarán, mientras que para el resto del mundo tu sola existencia no vale nada, porque para ellos jamás exististe.
-Entonces solo fingiste que no recordabas al profesor Tanaka cuando en realidad tú lo asesinaste. ¿Cómo puedes estar tan tranquilo haciendo tales atrocidades?
-Mi madre me dijo antes de morir que no me dejara de los que se aprovecharan de mí. -respondió Norio. -Nunca entendí esas palabras, sin embargo, siempre las mantuve frescas en mi mente. Fue cuando Hisoka me traicionó sacándome del equipo que lo comprendí por completo. Debía hacer algo para cobrar venganza y fue cuando el Gran Jefe llegó a mi vida. El ayudarlo en sus planes de reescribir Comet AR y hacerlo un mundo más justo es solo mi trabajo, lo demás lo hago por diversión.
-¿Sabotear los intentos de Hisoka de entrar a los torneos y matar al profesor Tanaka es tu diversión? ¡¿Cómo puede divertirte abusar de los demás?!
-No lo entendía hasta ahora. -le dijo Norio, mientras las facciones en su rostro cambiaban, era como si de verdad le regocijara lo que estaba haciendo, eso se notaba incluso en su voz que se hacía más alegre. -Fue cuando pude vengarme de Hisoka que lo comprendí. Comprendí los motivos por lo que los abusones existen, y es porque es la mejor sensación del mundo. Es una sensación de poder indescriptible, que te recorre de la cabeza a los pies, y que lo mejor de todo es que nadie me puede decir nada porque no saben que yo tengo el poder. Los tengo comiendo a mis pies y ni siquiera se han dado cuenta.
-Tú no eres el Norio que yo conozco, el bueno, el que escucha a los demás... El que ayuda a los demás.
-No lo entiendo, Marina. Tú misma me dijiste que me faltaba ser más malo con los demás. Heme aquí, me he convertido justo en lo que querías ver. ¿Querías que fuera más malo? Aquí estoy y puedo ser mucho peor.
-Tienes que dejar esto, o...
-¿O qué? ¿Vas a decirle a Masato quién soy? Porque... -Norio se acercaba muy peligrosamente a Marina, mientras en el rostro de Norio se reflejaba una euforia malsana, el de Marina palidecía cual si hubiese visto a un muerto. -Puedo hacerte lo mismo que le pasó al profesor Tanaka. ¿Quieres eso? ¿Quieres que reescriba la historia y que tú desaparezcas de la vida de tus amigos como le hice al profesor Tanaka? ¿Quieres quedar como un recuerdo que solo dos personas tendrán? ¿Quieres que tus padres no te busquen porque en teoría ellos ya no serían tus padres? Serías como el fantasma de una persona que jamás existió.
Marina solo pudo tragar saliva, su cuerpo no reaccionaba. Quería huir, pero una especie de fuerza invisible la inmovilizaba.
-Entonces... Solo quédate callada y nada te pasará.
Acto seguido, Norio cambió su semblante, como si se tratara de un gran actor que cambiaba de personaje con tan solo desearlo.
-En fin, ¿quieres ir a las hamburguesas? -preguntó Norio con tal cinismo.
Marina solo atinó a dar la vuelta, salir del salón del club y azotar la puerta con fuerza, puesto que lo último que quería hacer era estar con Norio.
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