Oberón dormía tranquilamente mientras Nyx se sentaba en la cama luciendo perdida. Durante su relación, intentó lo máximo posible no ceder a que Oberón la marcara como su pareja, no quería eso.
—Estuvo muy cerca —exhaló profundamente.
Mirándolo al otro lado de la cama, rodó los ojos, —Se suponía que fuera solo placer, no... —se llevó las manos a la cabeza, arrepentida al recordar que le había permitido tomar el control en lugar de estar a cargo ella.
—He cometido un error, de nuevo —dijo con lástima.
Se bajó de la cama y se dirigió al baño, lo que sea que hiciera, no debería ser vista.
Después de hacer lo suyo, se vistió apresuradamente, no quería despertarlo así que tuvo que hacerlo rápido y en silencio.
—¡Malditas sean mis pasiones! —murmuró entre dientes.
Se dirigió a la puerta, la abrió lo más silenciosamente que pudo y dejó la habitación.