—¿Está embarazada? —Se levantó caminando lentamente hacia ella.
Asintió—. Me has oído bien, está embarazada.
Él sintió mariposas celebrando una fiesta en su estómago—. Está llevando a mi hijo —dijo suavemente.
Due sonrió—. Exactamente, está llevando a tu hijo, ¿no vas a ir a verla? Te está esperando —Sin pensarlo dos veces, corrió a su habitación. Selena estaba sentada en la cama, sus ojos recorriendo la habitación.
Oberón sonrió y caminó hacia ella—. ¿Selena? —Llamó, su voz llena de tantas expectativas.
Sus ojos se posaron en él, parpadeó—. Oberón —su voz apenas un susurro.
Él fue a sentarse junto a ella—. Selena, realmente estás embarazada —ella podía ver la alegría en sus ojos.
Ella asintió—. Sí —tomó su mano y la hizo sentir su estómago—. Estoy llevando a tu hijo, está justo aquí —sus ojos se llenaron de lágrimas.
Él la abrazó calurosamente, su corazón desbordante de alegría.