—Necesito hablar —dijo Michelle. Su rostro estaba sombrío mientras miraba fijamente a Selene. Como no había encontrado nada malo en sus acciones del día anterior, no se molestó en disculparse como Selene había dicho. Ver a esta última charlar felizmente con sus amigos mientras su carrera se destruía en Internet, le hizo hervir la sangre.
Selene ni siquiera se sorprendió por la actitud de Michelle. La última actuaba como ella quería que actuara y todos estaban viendo su verdadera piel.
—Michelle, no te había visto. ¿Sobre qué quieres que hablemos? ¿Has comido? —Selene preguntó con un tono suave, ignorando la mirada que recibía de Michelle.
Una vena se hincho en la frente de Michelle. Despreciaba la forma en que Selene actuaba y quería que gritara contra ella. Ya había asumido que Selene era una persona tonta desde que la conoció, pero no podía creer que Selene fuera tan tonta e insensible.
—No estoy comiendo —Michelle respondió a través de dientes apretados.