Después de escuchar la promesa de Zhane de mantenerla informada sobre la condición de Leo, Hera sintió que la carga en su corazón se aligeraba. Rompió en una dulce sonrisa y asintió a Zhane. Al verla volver a su yo entusiasta y animado, justo como en sus transmisiones en directo, los labios de Zhane se curvaron hacia arriba sutilmente.
Dave, por otro lado, también quería acudir al lado de Hera y prometerle todo solo para recibir la misma sonrisa que obtuvo Zhane. Pero cuando Hera finalmente consiguió la respuesta que buscaba de Zhane, comenzó a sentirse mareada y somnolienta, la tensión finalmente disminuyendo después de todo este tiempo. Observando que sus párpados caían, Zhane suavemente colocó sus manos sobre los ojos de Hera y los cerró.
—Duerme ahora. Prometo que seguiré aquí cuando te despiertes. No hay necesidad de preocuparse —la voz tranquilizadora de Zhane sonó reconfortante, e Hera se durmió al instante.