—Pero, Señorita Hansley —Leland quería convencer a Sophie de aceptar el matrimonio, pero la mujer lo miró con ojos furiosos.
—Tengo que irme, mi señor —Sophie negó con la cabeza y sin decir otra palabra, se marchó rápidamente del estudio del Duque Romanov, dejando atrás al hombre paralizado en su sitio.
Él fue rechazado nuevamente. Se había dicho a sí mismo que no le importaría, pero aún así dolía.
Sophie entonces se obligó a seguir adelante y se dirigió rápidamente a su habitación.
Sophie no esperaba que el hombre la siguiera ya que ella ya lo había rechazado. Ningún noble tragaría su orgullo y perseguiría a una mujer después de haber sido rechazado y por eso... ella eligió irse.
Aunque parecía extraño irse debido a cuánto necesitaba Sophie el dinero para su hijo, ya no podía quedarse en el castillo. Ya esperaba alguna forma de represalia por rechazar la oferta del duque y luego irse sin permiso.