—¡Dios mío! —Claire se rió mientras veía las imágenes del incidente; no podía creer que Tiana pudiera vencer a los tres, pero ahora que lo estaba viendo, no podía evitar reírse.
La parte más graciosa fue cuando Tiana regresó para darle un caramelo.
—¡Tiana, eso fue épico! —exclamó Leo mientras observaba la expresión de Larisa cuando se sentó en el suelo—. Se lo merecen; nadie se atreverá a molestarte nunca más.
—Claire añadió con una sonrisa—. Ella había bajado la guardia con Tiana después de unos días de trabajar juntas. Ahora incluso hablaba de manera casual con ella.
—Eso me recuerda, vamos a Francia para la sesión, ahora.
—Claire se volvió hacia Tiana cuando recordó por qué había venido en primer lugar.
—¿Eh? —Tiana preguntó, con los ojos muy abiertos.
—¿En serio? Pensé que era aquí en Hollywood —Las cejas de Leo se fruncieron, cuando oyó lo que acababa de decir.