Capítulo 12: Cena
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Al día siguiente, Tiana se despertó temprano y esperó a que Nicklaus bajara; el día anterior había preguntado y le dijeron que él iba a trabajar a las 8 am, así que se levantó temprano, se vistió adecuadamente y lo esperó al final de las escaleras;
Quería salir de la finca, y él le había dicho que no podía salir a menos que se lo comunicara; aunque no quería que la viera a menudo, no tenía elección.
Estuvo allí de pie unos diez minutos antes de escuchar sus pasos en las escaleras; su corazón latía rápidamente a medida que se acercaban sus pasos, él era alguien que no podía comprenderse, así que no estaba segura de cuál sería su respuesta;
Nicklaus bajaba tranquilamente cuando de repente, vio a alguien parado al final de la escalera; su cabeza estaba inclinada hacia abajo. Frunció el ceño, nadie se atrevía a quedarse en su camino cuando estaba en casa, se preguntó qué le daba a esa mujer tal descaro. Apartando la vista de ella, continuó bajando las escaleras, pero justo cuando estaba a punto de pasar junto a ella, ella lo llamó;
—Sr. Nicklaus...
Su voz era inestable, pero logró que sonara fuerte; Nicklaus estaba sorprendido, ella realmente tenía nervio; ¿era nueva aquí, o estaba ansiosa por saber qué podría hacerle?
Él se giró hacia ella, frunciendo el ceño; Tiana sabía que no debería desperdiciar su precioso tiempo, así que se apresuró a decir lo que había venido a hacer;
—Quiero salir de la finca hoy, ¿puedo ir? —dijo levantando la cabeza para mirarlo; Nicklaus la reconoció. Ella era la distracción que había traído para su abuelo, fue solo cuando la vio, que recordó que había una cena familiar en la casa ancestral y su abuelo le había dicho que fuera con ella.
Sin responder a su pregunta, él dijo:
—Ordenaré a alguien que te prepare para la cena esta noche, a las seis regresaré a casa para recogerte, quiero que te veas lo mejor posible.
Dijo y se dio la vuelta y salió de la casa; Tiana estaba atónita, ¿no le había pedido que le permitiera salir de la casa? ¿Cómo podía él dar su propia orden sin siquiera darle el permiso que había pedido? ¿O era esa su manera de decir que ella podía irse? ¿Y a qué se refería con la cena? ¿La llevaría a conocer a alguien, a su abuelo tal vez?
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Cuanto más lo pensaba Tiana, más segura estaba de que él era gay; no había manera de que alguien como él careciera de mujeres, y llevar a una extraña a conocer a su abuelo bajo un pretexto solo podía intensificar los rumores.
Frente a ese pensamiento, se sintió aliviada, aliviada de que seguramente la dejaría ir cuando los cinco meses terminaran; una sonrisa se dibujó en sus labios; tomaría su respuesta como permiso para irse así que volvió a su habitación con una sonrisa feliz en el rostro; aunque se estaba asfixiando casi en esa casa, ahora sería feliz mientras él la dejara ir.
Tiana no desayunó, sabiendo que Gwen podría ir a su lugar de trabajo, necesitaba llegar allí antes de que ella saliera a trabajar, después de recoger su teléfono de su habitación, le dijo a Ma Lee que Nicklaus le había permitido ir a la ciudad; Ma Lee asignó dos guardias para ella; y la escoltaron a su casa; cuando llegó Gwen estaba a punto de salir para el trabajo, frunció el ceño al ver a su hermana;
—¿Tiana? ¿Qué pasó? ¿Por qué estás aquí tan temprano? —preguntó Gwen, echando un vistazo breve a los guardias que habían venido con ella. Tiana se acercó y tomó su mano;
—¿Tienes tiempo? Vamos a entrar un momento. —Gwen la miró brevemente y luego la dejó llevarla adentro de la casa; cuando se sentaron, ella preguntó de nuevo;
—¿Pasó algo?
—¡Gwen, él vuelve hoy! —exclamó Tiana; sus labios se apretaron en una línea delgada mientras sus cejas formaban un triste ceño fruncido;
—No entiendo, ¿quién vuelve? —preguntó Gwen, confundida por la pregunta.
—¡Adrián! ¡Adrián vuelve hoy! ¿Qué le voy a decir?!
Los labios de Gwen se abrieron y sus ojos se agrandaron por la sorpresa;
—¡¿Qué?! Pensé… pensé que había dejado de contactarte, ¿cómo? ¿Por qué... Cuándo?
Gwen hizo preguntas sin respuesta; su mente estaba en un lío:
—No sé, no sé por qué vino ahora que todo está en un desastre.
Tiana se lamentó, cayendo hacia atrás en el sofá:
Gwen estaba confundida; muchas cosas pasaban por su mente:
—¿Qué vas a hacer?
—La única manera es decirle lo que pasó, pero hay buenas noticias —dijo Tiana—, un suspiro de alivio escapando de sus labios.
—¿Qué, qué es?
—Creo que ese hombre es gay, no puede tocarme.
Gwen estaba sorprendida; no podía creer lo que oía:
—No te entiendo, ¿qué dijiste?
—Sí, hay rumores de que él es gay.
—Espera, espera... —Gwen parpadeó varias veces—, tratando de comprender lo que Tiana acababa de decir.
—Si él es gay, ¿por qué necesita una amante?
—Bueno, la gente conocía sus preferencias sexuales y empezaron a circular rumores; y su abuelo se enteró y le consiguió una mujer que, según los rumores, él no quería; así que me está utilizando por el momento para calmar los chismes y alejar a su abuelo de sus asuntos por un tiempo —explicó Tiana.
Gwen asintió, pero luego preguntó:
—Entonces, si solo te está usando para calmar los rumores, ¿qué quiso decir con que no deberías morir antes de que los cinco meses terminen?
Su pregunta tomó desprevenida a Tiana; inmediatamente se sentó en el sofá:
—Eso... No lo sé, tal vez se refería al tormento que pasaría en su casa.
Gwen no quería que ella pensara demasiado, así que inmediatamente cambió de tema:
—Bueno, ya me voy a trabajar, ya voy tarde, ¿sabes dónde dejar las llaves?
Dijo, y Tiana asintió.
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