Fuera de la puerta, Zoey Lambert llevaba un vestido blanco de casa, luciendo pálida.
No fue hasta que Molly Walker le entregó una taza de agua tibia que Zoey recuperó gradualmente el calor en su cuerpo.
Se sentó en la silla, perdida en sus pensamientos.
La última vez que Molly la vio así fue cuando Zoey regresó de la familia Jenkins.
Zoey era sensible y Molly no se atrevía a hacer preguntas mientras permanecía en silencio.
Tardó un rato en que Zoey se compusiera.
—Prima Ivy, algo pasó hoy que me tiene desconcertada y no sé qué hacer a continuación —murmuró Zoey.
Tan pronto como su padre le entregó la compañía, había firmado tal contrato con la familia Jenkins. ¿Y si perjudicaba a la familia Leaford de nuevo?
Le relató los eventos de hoy a Molly y le entregó el contrato. Después de leerlo, la expresión de Molly se relajó.
—El contrato no tiene problema —afirmó Molly.
Escuchando la descripción de Zoey, sonaba como si Jerry Jenkins realmente la apreciara.