Chu Min respondió —Acabo de recibir la lista, y ahora mismo la estoy enviando a tu correo electrónico. Sin embargo, este es solo el recuento de aquellos que se sabe han perecido hasta ahora; aún hay algunas personas de las que no se tiene cuenta, y sigo investigando.
Gu Dai abrió la lista y sus ojos escanearon meticulosamente cada nombre, frunciéndose sus cejas gradualmente con preocupación. Lamentablemente, después de examinar toda la lista, no encontró nombres conocidos.
La investigación no arrojó progresos, dejando a Gu Dai aún en la oscuridad sobre quién la había ayudado.
Parecía que cualquier pista tendría que venir de parte de Gu Ming.
Al mediodía, en la Corporación Song.
Con un largo vestido rojo, Jiang Yue entró elegantemente a la empresa, llevando el almuerzo preparado para Song Ling.
Su entrada capturó la atención de muchos espectadores, y los susurros llenaron el aire: