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Unos días más tarde, Shen Junqing fue dado de alta del hospital.
En ese momento, Nan Yan estaba con Marcus, purificando su sangre.
A mitad de la purificación, recibió una llamada de Shen Junqing.
—Hermanita, el Tercer Hermano va a ser dado de alta hoy. ¿No vendrás? —Su tono estaba lleno de un atisbo de melancolía, sonando algo lastimoso.
—¿No tenías a alguien que cuidara de ti? Si voy o no, no debería hacer ninguna diferencia.
—Pero quería que vinieras~ —Su tono cautivador y magnético hizo que Nan Yan temblara ligeramente. Casi colocó mal una aguja en Marcus.
—Estoy ocupada ahora mismo, no tengo tiempo para eso. —Nan Yan colgó rápidamente su llamada.
Shen Junqing miró la llamada desconectada y su sonrisa se congeló.
—Tercer Joven Maestro, ¿dejamos el hospital ahora? —Tang Cheng sintió que el estado de ánimo de Tercer Joven Maestro era algo desagradable.