Nan Yan terminó de revisar el pulso de Lin Zhiyan y estaba razonablemente satisfecha con la velocidad de su recuperación.
—¿Cómo te has sentido últimamente? —preguntó.
—Bastante bien —dijo Lin Zhiyan con emoción, mirando a Nan Yan—. ¡Yan Yan, eres increíble! Nunca me había sentido tan relajada antes. La molestia en mi pecho ha disminuido significativamente, ¡y hasta mi sueño y apetito han mejorado mucho!
Nan Yan le acarició suavemente la cabeza y sonrió, —Sigue tomando tu medicina y descansando bien. En otros dos meses, podrás hacer algunos ejercicios físicos como una persona normal.
El cuerpo de Lin Zhiyan era bastante débil. Aunque su enfermedad se curara, su condición física no mejoraría solo con medicación. Necesitaba hacer ejercicio.
—¿De verdad? —Los ojos de Lin Zhiyan se agrandaron adorablemente. La noticia parecía demasiado buena para ser verdad, dejándola momentáneamente incrédula.
—¿No confías en mí?