Nan Yan sintió que esto era bastante infantil.
Pero al escuchar las palabras de Qin Lu, asintió obedientemente en acuerdo —Está bien.
Después de su respuesta, cerró los ojos como le habían indicado.
Qin Lu empujó la puerta, guiándola para evitar que se golpeara con el marco de la puerta, sosteniendo su mano mientras la llevaba adentro.
Encendió las luces y las ajustó a un cálido tono anaranjado.
Luego, guio a la chica al centro de la sala, sosteniendo su mano y colocándola sobre algo.
Nan Yan sintió la dureza y frialdad cuando lo tocó, haciendo que las yemas de sus dedos temblaran ligeramente.
En una situación donde no podía ver, su instinto fue retirar su mano.
Si no fuera porque la mano de Qin Lu cubría la suya, podría haberlo hecho realmente.
Pero porque confiaba en que Qin Lu no la lastimaría, reprimió su inquietud hacia lo desconocido y confió en él de todo corazón. Él la guió a tocar el objeto en su mano.