No podía enviar siempre lo mismo. Quería encontrar cosas diferentes para mandar y así expresar sus sentimientos hacia Xia Zhe a través del contenido de los frascos. De esta manera, él tampoco se cansaría de sus gestos.
Además, no podía enviar siempre productos cárnicos ya que podrían llamar la atención innecesariamente.
Después de enviar su paquete, sacó la carta. La letra era muy bonita.
—Hola, camarada Qiao Mei.
—He recibido los cuatro frascos de salsa. Es muy deliciosa y prefiero la picante.
—Espero que no me envíes cosas tan caras en el futuro. Ahorra el dinero para comprar buena comida para el Abuelo. Aquí todo está bien.
—En el futuro, te enviaré todo mi salario. Asegúrate de cobrarlo todos los meses.
—Xia Zhe.
…
No había nada extraordinario en la carta y era muy breve, pero ella sonrió feliz como un gatito que había robado un pescado.
Estaba contenta de que él hubiera respondido.