La forma y apariencia del demonio que estaba justo a unos veinte metros desde donde estaba, simplemente podía decir que me dejó sorprendido, pero no solo eso.
Su voz era inquietante, pero no solo eso.
Cerré los ojos y traté de ver el maná del demonio, entonces ocurrió algo inesperado.
"Tiene demasiado maná".
Este monstruo no estaba en el rango de un "señor demoníaco"; este monstruo era mucho más fuerte de lo que imaginaba. Por ver la cantidad de maná que desbordaba, definitivamente es mucho más fuerte que un mago normal.
"Hubo una variable, este demonio está en el rango de un 'Conde demoníaco'. Está a la par con un mago de sexto círculo".
Un demonio tan fuerte estaba frente a todas estas personas. La situación estaba demasiado complicada; teníamos que salvar a esa niña elfo, pero este demonio definitivamente es mucho más fuerte que Elara. Ella no puede contra este monstruoso poder.
Un poder que va más allá de mi imaginación. Ni siquiera podía sentir cómo sería un mago del décimo círculo. Solamente pensar en qué tan fuerte era Encrid, como el mago de la oscuridad más poderoso en la "Era de la oscuridad", son pensamientos que no dejaba en este momento.
Tras mirar al demonio más de cerca, una sonrisa apareció, pero esta se hizo más grande, como si le hubieran abierto aún más esa sonrisa. El demonio mostró sus dientes afilados, entonces mi cuerpo se sintió extraño.
Fue cuando sus pupilas verdes me miraron fijamente. Entonces levantó la mano y me apuntó con sus largas uñas.
"Humano... ¿Qué haces escondido? Puedo verte".
Fue cuando Elara volvió la mirada en mi dirección y habló.
"Así que no tomaste mi advertencia".
Ella miró igualmente en mi dirección, pero cuando me asomé y estaba detrás del árbol donde me escondía, abrí los ojos como platos. Entonces una voz resonó justo al lado.
"Humano... ¿Por qué te ocultas?"
Un poder que a cualquiera le daría miedo de solamente verlo. Justamente un ser tan fuerte estaba a mi lado que ni siquiera pude reaccionar en el momento en que él llegó a mi lado.
Mi respiración se agitó, sentía un nudo en mi garganta, ni siquiera podía respirar bien. Empecé a sudar descontroladamente, podía sentir un gran peso de tan solo estar este monstruo a mi lado, mientras sus ojos negros y las pupilas verdes del demonio estaban viéndome fijamente sin parpadear.
No podía ni siquiera hablar.
Esto es "miedo".
Un miedo que de verdad estaba a la altura de ser llamado miedo. Era la primera vez que sentía este miedo.
Pero no me rebajaría así de fácil, nadie en este mundo me obligaría a sentir miedo. Este sentimiento lo borré de mi cabeza.
Entonces, mi respiración se controló y mis latidos del corazón se tranquilizaron. Fue cuando, por primera vez, controlé una emoción, algo que nadie puede lograr así de fácil.
Rechinando los dientes y apretando los puños, sostenía la espada en mis manos y la apreté con más fuerza.
Entonces contesté a las palabras que el demonio me había dicho.
"No me estaba ocultando".
"Humano... No soy un estúpido".
Fue cuando el demonio se paró recto y me miró a los ojos directamente. Mientras me levantaba de mi sitio y me paraba justo frente a él, su altura era mucho más alta; parecía medir unos 1.90 o quizás un poco más, mientras que yo medía 1.65.
Fue cuando levanté un poco la cabeza y sus ojos me miraron como si se tratara de alguien insignificante. Entonces, mi rostro se arrugó y las venas se resaltaron en mi cara.
Él... me estaba viendo con desprecio.
Un maldito demonio me estaba despreciando.
No dejé que eso me afectara, entonces hablé. No me gustaba la idea de hablar con un monstruo.
"Maldito, ¿por qué me miras así...?"
Ante las palabras dichas, el demonio abrió más esa sonrisa y habló.
"Humano... No tienes miedo".
"¿Yo tener miedo...? Ahora ya no es así".
Había controlado la emoción del miedo justo unos instantes antes; ya no sentía miedo, pero ahora sentía un fuerte enojo que no podía controlar.
"Debo matarlo en este momento, pero si lo hago no podré salvar a esa niña y Elara me mataría".
La transformación de "Monarca de la oscuridad" solo duraba cinco segundos. No había tiempo suficiente para matar al demonio y al paladín al mismo tiempo. No había tiempo, pero si no lo hacía, podría incluso morir en esta situación.
Tres segundos tardaría en matar al demonio con un ataque lo suficientemente fuerte, y otros tres segundos en matar al paladín. Pero solo podía usar esta habilidad una sola vez y por cinco segundos. No tenía el tiempo suficiente; podría morir tan fácil si cometía un solo error.
"¿Qué debo hacer?"
Fue el primer pensamiento. No había tiempo, no podía acabar con estos dos problemas al mismo tiempo. Fue entonces que me vino una idea.
"Encrid, ¿crees poder matar al demonio y al paladín en menos de cinco segundos?"
"Lo podría hacer... si fuera igual de fuerte que un noveno círculo, pero mi poder está casi agotado y soy igual de fuerte que un octavo círculo".
Pero, ¿qué tan fuerte es el paladín? El demonio tiene un poder cerca de un mago de séptimo círculo, pero ¿qué tan fuerte es el paladín?
Entonces había una pequeña oportunidad, pero ¿qué pasaría si convenzo al demonio de que pelee con Elara?
"Respeto a los demonios, y como puede ver", mi maná salió por la palma de mi mano y se la mostré al demonio.
"Soy un ser de la oscuridad, y esa mujer que ves allá es nuestro enemigo".
Solamente había una forma de que estos dos pelearan; por supuesto, esta era la forma de convencer al demonio de que yo no soy un enemigo para él y que Elara era el verdadero enemigo.
Tras mirar los profundos ojos del demonio, su mirada se dirigió a mi maná donde estaba saliendo, luego miró a Elara y volvió a verme.
"Humano... Tú... Tienes razón..."
Cayó en la trampa. Estaba dudando de si realmente convencería al demonio de pelear con Elara. Ella es una paladín y, por lo que sé, si pelea con el demonio, su poder sagrado es infinito, lo que significa que entre más tiempo pase, más fuerte será.
Es un poder trampa, pero si estos dos pelean con todas sus fuerzas, aunque el demonio tendrá la ventaja hasta cierto tiempo.
"Estoy en lo cierto, ¿no es así? Ella es un enemigo para nosotros".
El demonio no apartó la mirada de Elara mientras seguía hablando.
"Incluso ella dijo que morirías".
Eso último sí era verdad, no había nada de mentira en eso.
"Debemos matarla...".
Seguía hablando y tratando de convencer al demonio que estaba parado justo a un metro frente a mí mientras miraba directamente a Elara.
Mi maná se le podría considerar un maná maligno para un paladín, pero en el caso de un demonio realmente es así. Es posible que este monstruo solo esté fingiendo y esté a punto de matarme, pero no perdía nada en intentar convencerlo.
Fue entonces que el demonio me miró y habló nuevamente.
"Ella... Es un enemigo para nosotros... ¿Verdad?".
"Así es. ¿Por qué no la matamos y yo capturo a esos humanos que ella tiene?".
Señalé a las personas a lo lejos donde Elara los tenía, entonces el demonio miró a las personas y volvió a verme.
"Está bien... Humano, confío en tu palabra...".
Su voz me daría miedo, pero ahora ya no es así. Ahora podía controlar el miedo; no era para nada fácil. El miedo estaba tratando de salir y mostrarse, pero lo impedía lo mejor que podía. Quizás por no mostrar este miedo, el demonio confiaba un poco más en mí.
"¿Cuál es tu plan?", Encrid habló repentinamente.
"Convencerlo de que pelee con el paladín".
"Piensas muy bien, mocoso", respondió Encrid.
Era la mejor idea que tenía, pero tampoco estaba seguro de cómo sería el resultado. Mientras más pase el tiempo, Elara será más fuerte y pronto alcanzaría el mismo poder que el demonio, pero eso no me preocupa.
Si sucede algo imprevisto, simplemente usaría la transformación de "Monarca de la oscuridad". Solo me tomaría menos de un segundo matar a ese paladín; ella definitivamente estará demasiado exhausta al igual que el demonio.
"Ahora tengo todo bajo control".
Ya tenía todo muy bien planeado. El demonio confió en mi palabra y solo era cuestión de esperar el fin de la pelea entre estos dos y, en ese momento, podría usar esa oportunidad para acabar con los dos de una vez por todas.
Pero estaba olvidando algo.
"¿Quién está en ese carruaje?".
"No lo sé, pero siento algo extraño dentro de eso. No es una persona ordinaria, siento también el maná sagrado".
Había dos paladines; eso es imposible. Si fuera así, lo podría haber sentido antes. Esto podría ser algo molesto.
"Sonido sordo".
El demonio desapareció de mi vista y cuando miré dónde estaba Elara, ya estaba frente a ella. Ambos se miraban fijamente sin parpadear una sola vez.
Fue cuando Elara desenvainó su espada y el demonio empezó a emanar un tremendo maná demoníaco que se desbordaba a los alrededores.
El maná demoníaco cubrió un gran radio de alrededor de unos veinte metros, pero tras mirar a Elara, mis ojos se abrieron como platos.
"Ella... siempre ocultó su poder".
Al igual que el demonio, ella también hizo lo mismo. Aunque su poder era solo un poco más débil que el demonio, ella podría no solo igualar el poder del demonio, también lo podría superar.
"Solamente tenemos diez minutos, es tiempo suficiente para que ese paladín supere el poder del demonio", Encrid habló repentinamente.
Tenía razón, Elara no solo estaba cerca del poder del demonio, pero aun así, ella podría sufrir grandes lesiones e incluso estar cerca de la muerte por darlo todo en un combate con este demonio.
"Estallido".
Una explosión de poder colisionó en el área donde el demonio y el paladín estaban. Un combate de muerte empezó.
Rápidamente me moví, al igual que el grupo de Alicia. Rápidamente llegué a donde la niña elfo estaba mientras los choques de poder se escuchaban a la distancia. Tras mirar por unos segundos, solo podía decir una palabra.
"Algún día seré mucho más fuerte que eso".
Esa frase se grabó en mi cabeza una y otra vez. Solo ver esos choques de poder entre un demonio que estaba al mismo nivel que un mago de séptimo círculo y un paladín que también está cerca de un mago del séptimo círculo.
Fue entonces que un pensamiento vino a mi mente.
"Ella será igual de fuerte que Oriana".
Oriana podía derrotar a un mago de séptimo círculo y su poder estaba muy por encima de cualquier otro monstruo. Entonces, ella definitivamente es más fuerte que el demonio, pero es posible que los paladines más fuertes sean aún más poderosos.
¿Qué tan fuertes son estos caballeros sagrados?
Finalmente llegué a donde estaban la niña elfo y Alicia. Clara y Dik llegaron también.
"Tenemos poco tiempo".
"¿Qué hacemos con el resto?"
"No los podemos sacar, solo llevemos a la niña".
Alicia me hablaba nerviosamente; era entendible, dos poderes grandes estaban cerca de nosotros. El carruaje estaba un poco lejos de nosotros, así que no había nada que nos interviniera.
Rápidamente balanceé mi espada y corté la cadena que ataba los pies y las manos de la niña. Rápidamente la levanté.
"Vámonos", dije, y todo el grupo empezó a correr, pero algo inesperado sucedió.
"Estallido".
Un rayo de color amarillo cayó justo en frente de nosotros. Miré quién había lanzado el rayo; no fue Elara ni tampoco el demonio. Entonces, ¿quién fue?
"Vaya, pensé en dejar a esos dos pelear, pero ustedes..."
Sus palabras se detuvieron cuando miré en dirección al carruaje. Era un hombre de mediana edad que sostenía un bastón de mago, pero el maná acumulado en ese bastón era el mismo que Elara tenía. Entonces, este hombre no es un mago, es una persona ordinaria que lleva un artefacto mágico.
"Es peligroso, evita ser golpeado por ese rayo", advirtió Encrid.
"Es una persona ordinaria, pero tiene un escudo y también ese bastón".
"Entonces, si lo golpeo, se acabará".
"Así es, pero el problema es el escudo y ese bastón; tienen un poder inmenso".
Encrid me explicó, pero ¿cómo supo que este hombre tenía un escudo? Ni siquiera lo podía ver, solo podía ver ese gran bastón que sostenía en sus manos mientras nos apuntaba.
"¿Quién eres?", Alicia fue la primera en hablar.
"Soy el padre Gabriel de la iglesia santa".
"¿Por qué un padre está en un lugar así?".
"Hija, no ves que hay un ser maligno y estos pecadores".
Alicia frunció el ceño ante más palabras del hombre.
"Si es así, entonces tendremos que matarte, no importa quién seas".
Abrí los ojos en ese momento. Ella estaba convencida de matar a alguien así de fácil. Aunque fui un asesino, a veces dudaba en matar a alguien. No sabía si era lo correcto o no, pero al final lo hacía sin ningún resentimiento alguno.
Este mundo es diferente; no se puede comparar con mi antiguo mundo. En este caso, la muerte es la solución, pero yo no quiero eso. Pero me he dado cuenta de que debo borrar ese pensamiento.
Si quiero vivir tranquilo, debo matar a los que se interpongan en mi camino en busca de una vida tranquila.
"No puedo dejar que se lleven a esa niña, pero ahora no los puedo dejar ir.
"Y qué harás?".
"No es obvio, hija, ustedes son pecadores, pero en especial ese niño de ahí.
Fue entonces que mi rostro se arrugó y las venas se mostraron; eran indicios de una ira incalculable. A él lo debo matar, no solo por mi vida, sino también para proteger a estas personas que están a mi lado...