—Necesitamos alimentarla —dijo de repente Jared, rompiendo el tenso silencio—. Al bebé... no podemos arriesgarnos a lastimarlo y ella también necesitará sus fuerzas.
Los ojos de Jade se estrecharon con desconfianza. —¿Desde cuándo te importa el bienestar del heredero de Noé? —preguntó, su voz teñida de escepticismo—. Pensé que dijiste que también la odiabas tanto. ¿Por qué te importa eso?
Jared se giró hacia ella, con una expresión ilegible. —Esto ya no es solo sobre Noé. Debemos pensar a largo plazo. Mírala, ya está débil, no puedo soportar que enferme. Nos retrasará y ¿crees que Noé te haría caso si ella está muerta?
Jade se levantó, su voz llena de frustración. —Pero este no era el plan original —se enfureció—. Iba a ser algo sencillo, algo fácil, pero tú tenías que involucrar a esos zorros apestosos. Se suponía que nos llevarías a algún lugar más cercano, no a esta enorme distancia de Moon Whisper y usar a Selene para atraer a Noé. ¿Por qué estás cambiando todo?