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Punto de vista de Selene
—Me enorgullezco de tener siempre razón en todo, Selene —el Gran Lican sonrió suavemente—. Y Noé va a lamentar mucho cuando traiga a esos hombres de vuelta a la Manada. Lo arruinarán a él y a ti también, pero no será mi culpa... Se lo advertí y como siempre, se niega a escuchar.
—Entonces, ¿te quedarás viendo cómo arruinan a Noé? Pero él es tu hijo, Su Majestad. Tu carne y tu sangre... Sé que te ha ofendido de muchas maneras, pero ¿preferirías que un extraño le hiciera eso? Venga, ¿dónde está tu sentido de la decencia?
—Lanzado al abismo donde ya estaba desde el principio —respondió el Gran Lican—. Le advertí a Noé sobre ti... Eres una mujer maravillosa, inteligente en su mayoría, hermosa y tal vez bondadosa, pero no estás hecha para ser reina, incluso ahora que lo veo, Noé nunca podrá ser un buen Rey Lican. Los rigores de gobernar sobre Alfas no son simples y uno siempre debe nunca romper una regla...