—Señora, ¿qué más quiere? —miró hacia atrás Basil Jaak a Yetta Astir con una sonrisa irónica.
—Hmph, ¿así que aprovechaste de mí, así nomás? —murmuró de manera antinatural Yetta Astir.
—Ja, te ayudé, ¿y ahora resulta que estoy aprovechando? Soy más una persona agraviada que una persona que agravia —dijo con melancolía Basil Jaak.
—Y justo ahora dijiste que yo era tu novia, especialmente cuando me abrazaste, ¿eso no cuenta como aprovecharse? Hmph, no te hagas el inocente después de obtener beneficios —rodó los ojos y cuestionó Yetta Astir.
—Basta, si tienes algo que decir, dilo, deja de hacerte la víctima frente a mí —agitó las manos Basil Jaak.
Yetta Astir se sintió muy molesta. Al fin y al cabo, ella todavía era una chica, ¿verdad? Este tipo había aprovechado de ella y actuaba indiferente, como si ella ni siquiera fuera una mujer — era exasperante, no pudo evitar resoplar enojada: