Al día siguiente.
Bella se despertó sintiéndose mal. Su cabeza estaba ligeramente mareada y sentía náuseas. Parecía que estaba comenzando a experimentar náuseas matutinas nuevamente, justo como cuando estaba embarazada de Dax.
No queriendo despertar a Tristan, Bella salió lentamente de la cama y fue al baño a lavarse la cara y a beber agua.
Después de refrescarse, buscó a Tristan, quien aún dormía a las siete de la mañana. Era inusual verlo durmiendo a esa hora.
«¿Se habrá quedado despierto toda la noche?», pensó, notando el portátil de Tristan en la esquina del escritorio. Lamentó tener que despertarlo. Así que lo dejó dormir un poco más.
Bella decidió revisar a Dax y se sorprendió al verlo abriendo la puerta de su habitación.
—Cariño, te ves tan lindo —Bella sonrió mientras se acercaba a él. Dax ya lucía fresco y ordenado en su ropa casual de casa. —¿Terminaste tu entrenamiento?