Alma sintió una profunda tristeza al relatar su calvario. —Honestamente, no puedo recordar todo, y estoy agradecida por ello. Fue después de que el doctor insistió en que estaba experimentando complicaciones y que tu padre debería disculparnos.
Su voz tembló de emoción al dirigirse al Alfa Lawn. —¿Esos doctores aún están por aquí?
—No. Los desterré a todos cuando me informaron que habían cremado tu cuerpo sin consultarme.
Una pequeña sonrisa apareció en los labios de Alma. —Gracias. Sabía que podía confiar en ti.
—Después de que te fuiste, él me inyectó algo y me quedé dormida. Cuando desperté, me encontré en el aquelarre de brujas, con mi abdomen inferior vendado y un dolor insoportable. Mi loba estaba furiosa, decía que intentó despertarme para detenerlos, pero no podía oírla.
—El embarazo había desaparecido, así que sabía que habían extraído al bebé.